jueves, diciembre 19, 2013

Behind the Internet's door

Me resulta difícil comprender cómo, siendo Internet lo que es, es tan complicado encontrar una película porno específica doblada al español.

martes, diciembre 17, 2013

80% de descuento.

No estaba siendo un buen día para Domenec Capmo, acababa de terminar su jornada de trabajo diaria y comenzaba a sentir un pequeño dolor en el pecho, que en ocasiones le instaba a inspirar más fuertemente para llenar del todo los pulmones. No había sido un buen día, y ahora era incluso peor, inspirar fuertemente le hacía pensar en la factura que le llegaría dentro de pocos días a su cuenta. Decidió no ir a dormir a su ataúd habitual, aunque ello conllevase pagar ahora mismo un pequeño extra por dormir en una zona de la ciudad más céntrica; se sentía muy cansado, de modo que en cuanto entró en su espacioso nicho para dormir se sumió rápidamente en un profundo sueño tras preparar el despertador para seis horas más tarde.

Las cinco de la mañana. Faltaba una hora y media para que las luces artificiales de la ciudad iluminasen a todos los habitantes. Domenec se despertó en cuanto su pequeño reloj interno comenzó a emitir el pitido de despertador, se estiró como pudo durante unos instantes y luego salió del ataúd para terminar de desperezarse. Se dio cuenta de que ayer estaba tan cansado que olvidó que ahora se encontraba muy cerca de su trabajo y no tenía necesidad de estar levantado tan temprano. Con un leve movimiento de cabeza preprogramado por él mismo activó la pequeña pantalla adherida a su ojo izquierdo, y comenzó a revisar las facturas. Al parecer las grandes inspiraciones de aire del día anterior habían hecho que su consumo de aire se disparase, por lo que le tocaría pagar un buen suplemento por el excesivo gasto de éste. Resignado se fue hacia los baños públicos situados en el edificio-dormitorio donde se encontraba. Entró en el aseo, se metió en una cabina de higiene y se quitó su ligero monotraje gris marengo. Un primer chorro de polvo desinfectante lo envolvió desde todas las direcciones, y segundos después, el gas a presión terminó el trabajo de limpieza. Le sobraban todavía veinte segundos en la cabina, de modo que se colocó el monotraje dentro de ella, y después salió tranquilamente a mirarse en el espejo.

Le sobraba todavía una hora antes de tener que ir a trabajar, hacía mucho tiempo que no tenía tanto tiempo libre, de modo que se fue andando por la acera no direccional en vez de por las cintas transportadoras. Andar... hacia demasiado tiempo que no andaba tranquilamente. De pronto se acordó de correr. Empezó a recordar como de pequeño jugaba a ir detrás de otros niños y tocarlos, o cómo simplemente corrían para ver quién era el más rápido. Esos tiempos en la guardería y en la escuela primaria quedaron muy atrás. De pronto le entraron ganas de hacerlo, pero recordó la factura que acababa de revisar hace poco y pensó que no podría asumir una multa por correr en la calle. Mientras andaba de forma despreocupada pensando en esto, se percató de que un guardia de seguridad se le acercaba por el lateral, Domenec se paró y esperó al guarda, que al llegar se cuadró y comenzó a hablar.

- Señor, me temo que he pedirle que se marche de la vía no direccional.
- ¿He cometido alguna infracción señor?
- Me temo que sí, desde ayer a las 18:00 esta vía dejó de ser de libre acceso, la compañía a la que pertenece, la Carl Ols Wei, hizo el anunció públicamente ayer a las 17:35. Deberá abandonar la vía y pagar una multa en concepto de indemnización a la compañía.
- Oh... - Domenec no se sintió sorprendido, últimamente las compañías estaban deshabilitando las viejas vías para asegurarse de que la gente andase por las nuevas, que constituían un negocio más lucrativo. - Está bien.
- Sus datos ya han sido transferidos y la multa ha sido pagada. Deberá salir por el desvío más cercano. Buenos días tenga usted. - Y tras esto, el guarda se cruzó con Domenec y siguió su camino.

El día de hoy había empezado peor si cabe que el de ayer, y ese estúpido dolor en el pecho que le obligaba a tomar más aire del que debía comenzó de nuevo. Siguió su camino hasta el trabajo, la vía direccional era más cara por segundo que la no direccional, pero ahora mismo no tenía otra alternativa, pues su aeromóvil se encontraba muy lejos y, de todas formas, pagar por el espacio aéreo transitado era más caro que pagar por las vías. Por fin llegó al edificio donde trabajaba, un enorme complejo de oficinas de más de doscientos pisos, que se encargaba de administrar los espacios publicitarios en las fachadas de todos los edificios del sector 42 de la Zona Íbera. Aún le quedaban unos treinta minutos antes de tener que empezar a trabajar, dudó si sentarse durante ese tiempo en los bancos que se encontraban pegados a las paredes del edificio, pues al pertenecer a su compañía, el coste por su uso se le rebajaba un 70%, aún así prefirió encaminarse a su mesa. Ya había perdido suficiente dinero esta mañana andando y respirando.

Llegó a su terminal de trabajo, aún le sobraban veinte minutos hasta que su ordenador se encendiese y tuviese que comenzar a trabajar. Durante ese tiempo navegó por la red desde su ojo izquierdo y, sin atender realmente a lo que leía o veía, recordó un libro que le había recomendado hacía poco tiempo un contacto suyo en la Zona Siberiana. Buscó el libro, había sido escrito por lo menos hace dos siglos, y ya pocas eran las personas que lo compraban, por lo que el libro estaba bastante barato. Bóvedas de acero. Parecía un libro como otro cualquiera de los miles de millones que existían. Domenec compró el libro, y pocos segundos después comenzó a leerlo desde su ojo.

Lije Baley acababa de sentarse en su mesa cuando vio que R. Sammy lo miraba con expectación...

Leyó durante hasta que su terminal se encendió solo y le comunicó que tenía cinco horas de trabajo por delante hasta la hora del almuerzo. También le indicó que su ritmo de trabajo había descendido durante los últimos trece días, de modo que en la clasificación por rendimiento de la empresa se encontraba en el puesto 1.764. Había descendido ciento veintiocho puesto desde ayer, que implicaba que su comisión por productividad se vería reducida significativamente.

Después de tres horas de trabajo el dolor del pecho volvió, pero esta vez más fuerte que antes, ahora incluso le costaba respirar. Con resignación se levantó de su ergonómica silla pretendiendo dirigirse a la consulta del médico de la empresa asignado a esa planta. Un mensaje apareció en su terminal.

Ya ha usado los dos descansos programados para la primera parte de la jornada. Si no vuelve inmediatamente, conllevará una sanción disciplinaria.

Domenec se sentó. Y cumplió con su trabajo escrupulosamente hasta la hora convenida, haciendo pequeños altos para recuperarse del dolor que le acusaba cada vez más. Al menos mientras siguiera sentado en la silla, el aire respirado solo le costaba un 20%.

Su descanso de una hora para comer coincidía con el de todo el personal del edificio, incluidos los médicos. De modo que Domenec no tuvo más opción que comer en la cafetería, y esperar a que comenzase la segunda parte de la jornada para usar uno de los dos descansos para consultar al médico.

La comida tenía el mismo color gris de siempre, pero se podía elegir el sabor que se quisiera sin ningún coste adicional, aunque Domenec escogió un sabor recomendado aleatorio antes que enfrentarse a la tediosa decisión de elegir entre más de veinte mil sabores distintos que tenía disponibles. Comió en silencio en una larga mesa junto con sus compañeros de trabajo.

Terminó su comida altamente nutritiva con sabor a pato a la naranja y se quedó sentado leyendo en el mismo lugar donde había comido. La hora de almorzar terminó y todos volvieron a sus puestos de trabajo con una sincronía militar. Domenec no fue una excepción, casi sin proponérselo, al igual que el resto de trabajadores, formaron una ordenada fila que iba serpenteando por los pasillos hasta que todos estuvieron sentados donde se suponía que debían estar. Domenec se sentó, ahora tras la comida se encontraba mejor, así que decidió trabajar sin descanso hasta que se volviese a encontrar enfermo; era necesario aumentar la productividad cuanto pudiera. Sin embargo, el dolor volvió. Todo lo rápido que pudo andar sin correr se dirigió a la consulta del médico. Entró por la puerta y allí estaba el doctor fumando uno de esos antiguos cigarrillos electrónicos. Se levantó, cogió un diagnosticador y se paró frente a su nuevo paciente.

- Dígame, ¿qué le ocurre?
- Siento una presión en el pecho y me cuesta respirar. - Comentó Domenec sin mostrar ningún atisbo de preocupación mientras señalaba con la mano cerca del esternón.
- Ajá. - El doctor pasó de arriba a abajo el pequeño diagnosticador. Consultó brevemente el resultado en su ojo izquierdo y volvió a sentarse en su silla adaptada a la morfología humana. - Parece ser que tiene una angina. No es grave. Le recetaré un medicamento y deberá quedarse en su nicho-dormitorio sin hacer esfuerzos.
- ¿No puedo venir a trabajar?
- No, no puede. Además, el tratamiento produce cierto cansancio y somnolencia, de modo que no lo haría correctamente. - El doctor vio que la cara de Domenec hacia una mueca. - Tranquilícese, solo deberá guardar reposo un día, después podrá volver al trabajo. Tenemos bastante suerte en esta empresa ¿sabe? Podemos estar hasta dos días por baja médica y no nos despedirían. - se dejó caer un poco en su silla. - Sí, mucha suerte diría yo. Perderá su productividad, claro. Pero solo solo por un día.

Domenec salió de la consulta. Era, definitivamente, un día malo. La productividad suponía el 90% del sueldo diario. Volvió a su silla de trabajo y, con bastante esfuerzo, terminó las horas que le quedaban por delante.

Fue a comprar el medicamento que le habían encargado al dispensador automático más cercano, se metió en las vías y llegó hasta su ataúd habitual. No tenía nada de especial, pero era barato su alquiler diario y le proporcionaba cierta estabilidad mental el tener un lugar al que volver. Antes de entrar en él vio la publicidad proyectada sobre la pared llena de habitáculos.

¡Compre ahora su permiso de decibelios Rabit An Panty! ¡Hable más alto pagando menos!

En ese momento recordó que hoy había hablado demasiado. Una vez con el guardia y otra con el médico.

Se metió dentro del ataúd, tramitó su baja por enfermedad desde su ojo y se tomó el medicamento. Consiguió leer unas pocas decenas de páginas antes de quedarse dormido. Y mientras estaba en su vigilia, recordó que se había gastado dinero en el libro... Todas sus deudas lo atenazaron de repente: había respirado demasiado aire, había caminado por la calle, había hablado demasiado, se había puesto enfermo.

El día siguiente se lo pasó leyendo. Terminó el libro. Pensó sobre él. Contactó de nuevo con su conocido en la Zona Siberiana y le preguntó si podía recomendarle otro libro. Crónicas Marcianas. Era también bastante antiguo y barato, y ya que ese día no iba usar la vía, invirtió ese dinero en el libro. Y comenzó a leer. Y lo terminó.

Los marcianos les devolvieron una larga, larga mirada silenciosa desde el agua ondulada.

Los dos libros que se había leído hablaban de mundos que nunca llegaron a suceder, mundos que habían sido bellos y que se volvieron fríos, contaban sobre civilizaciones que perdieron su rumbo y que, quizás, en algún momento volverían a encontrarlo.

Domenec lloró. En realidad no entendía el significado que albergaban los libros. Solo sabía que había algo triste en su historia, y que había algo triste en el mundo que narraban. Y le pareció que la ciudad desprendía la misma tristeza que le hacían sentir los libros. Pero al final, los libros se acababan y la ciudad permanecía, y eso lo acongojaba.

A la mañana siguiente Domenec se levantó sano, sin dolor. Pero no fue a trabajar.

lunes, diciembre 09, 2013

China sigue molando

Tío, yo antes molaba, escribía cosas divertidas, o por lo menos a mí me lo parecían (que para eso el blog es mío y me lo follo cuando quiero); y desde hace meses no hago nada así. Debo de estar cambiando, no sé si es maduración, que no creo, o simplemente me estoy volviendo un amargado, sea como fuere... bah, da igual, no tengo ganas de pensar.

domingo, diciembre 08, 2013

Iguales

Culto a la mediocridad. Renuncia a la ambición. La consabida idea de que somos especiales enfrentada a la suposición de que todos debemos ser iguales. Pereza.

En algún lugar del mundo, alguien teclea unas banas palabras sin significado.
En algún otro lugar, alguien teclea unas palabras muy similares dotadas de auténtica profundidad.

Un tercero lee los dos textos y piensa que ambos autores en realidad son la misma persona.

Y un ser superior lee los pensamientos de este último y se descojona.

viernes, diciembre 06, 2013

Gratuito...

Bichu: Te veré en el infierno... desde el cielo.
Señor Albino: No digas tonterías Bichu, a ti la entrada al cielo se te cerró hace mucho tiempo.
Señor Rojo Comunista: Sí, cuando Bichu se folló a la hermana de dios.

domingo, noviembre 24, 2013

Tonterías de sábados aburridos

"- ¿Sabes una cosa? No me gusta mi vida.
- Oh... ¿y eso?
- Es difícil de explicar, tengo momento puntuales de alegría, al igual que momentos de tristeza, y de aburrimiento, de melancolía, de un montón de cosas. Pero esté como esté, siempre acabo volviendo a una especie de apatía. Ese vacío que eres incapaz de llenar del que habla tanta gente.
- ¿Y qué piensas hacer al respecto?
- Pues la verdad es que no lo sé. Creo que no puedo hacer nada. Pero me gustaría irme, largarme lejos, desconectar de todo.
- ¿Y por qué no lo haces?
- Quizás por cobardía, quizás porque hay gente a la que echaría de menos. O quizás porque hay gente que me echaría de menos.
- Bueno, si es por lo primero solo tienes que echarle huevos, si es por lo segundo o lo tercero, tendrías que elegir.
- Ya bueno, supongo que en realidad son todos los motivos juntos, y estoy como sin poder moverse ¿sabes?
- ¿Qué harás entonces?
- Probablemente lo de siempre, seguir aguantando, hasta que un día...
- ... ¿Qué? ¿Explotes o algo así?
- Algo así, supongo.
- En fin, si te sientes mal pero no piensas hacer nada es tu culpa.
- Lo sé, tampoco es que lo pague con nada ni con nadie.
- Al menos tienes eso claro.
- Sí, puede que sea lo único.
- Oye colega, ¿sabes una cosa?
- ¿El qué?
- Eres un quejica."

domingo, noviembre 17, 2013

これはコカインです

Es increíble como una noche cualquiera puede acabar en que un notas que has conocido hace 20 minutos te ofrezca de buen rollo una rayita de cocaína gratis diciéndote que verás lo bien que se habla así en japonés.

jueves, noviembre 14, 2013

Ebrios halagos.

Señora Verde Rana: Pienso en ti y me sabe la boca a cerveza fresquita.

lunes, noviembre 11, 2013

Smelly Gangsta

1. Bichu

A girl that is too complicated, often times sexy, sometimes dumb, rarely smart, kind of weird, and loves to watch YouTube videos that show people's underwear or of people getting it ON in a hut or with a servant.

Guy: Hey dude, who's your hot friend? She's such a Bichu!!


jueves, octubre 03, 2013

El veloz murciélago hindú...

Tu sexy zagal hacía windsurf y jamaba kilos de ñoquis y pavo.

domingo, septiembre 29, 2013

Historias sustractivas.

En un papel en blanco, el héroe, antihéroe, o simplemente el protagonista, se pregunta a dónde va. En su mente intenta dibujar un camino, claro y conciso, pero es demasiado difícil, así que primero pinta sin forma con su paleta. Y según sale un color, avanza hacia él.

Cian.
Cielo, playa, mar... Futurama. Megalomanía, playa de los monumentos... Es un alcalde, que acaba de fundar su propia ciudad, que quiere su propio gobierno, que quiere que los nombres de las calles sean los de sus amigos y los de sus libros, películas y videojuegos favoritos. Quiere que para la gente visite la nueva ciudad se construya un parque, donde estén las reproducciones de los mayores monumentos del mundo, donde la gente vaya y visite el mundo. Quiere tener el mundo en sus manos y compartirlo. No resulta ser tan mal alcalde al final.

Magenta.
Rosa... o rojo, a qué coño se parece más el magenta. Incertidumbre, incertidumbre cálida... Es un chaval de unos veinte años, que quiere tener a una persona con él, y no quiere más nada. Quiere despertarse y abrazar algo que no sea una almohada, quiere ser débil con alguien, quiere ser feliz, aunque para ello tenga que hacer feliz a alguien; es egoísta, pero el resultado es lo que cuenta, él es feliz, la otra persona es feliz, todos son felices.

Amarillo.
Chillón, brillante, brillante futuro, el sol. El sol y el futuro... Es un tripulante en una nave espacial, en busca de maravillas del espacio, de pequeño leyó "El fin de la Eternidad" de Asimov, y coincidía con él en que la humanidad busca expandirse, llegar a todas partes, porque encerrada en este pequeño planeta se moriría. Viaja a través de las estrellas, pensando que nunca volverá, que tiene cosas por las que volver, pero que es mucho más fuerte el sentimiento de irse, de escapar, de volar, de sentirse libre, aunque nunca vuelva a ver la calidez de su Tierra natal. Se adentró en el espacio, nadie sabe si la misión tuvo éxito, probablemente no. Pero a través del espacio, quizás a través del tiempo, una botella iba flotando, con un mensaje dentro de ella, nadie lo leyó, nadie lo leerá, pero no importa, por escrito está el mensaje que él dejó como individuo: Yo tuve éxito.

El protagonista ya había pasado por tres historias, y era como una droga, una sensación de necesitar más aún cuando no has terminado realmente lo que has empezado. Las historias se suceden atropelladamente, y se siguen creando, cada una de ellas es un mundo que visitar, un cuento que vivir, una vida que relatar. Y continúa su viaje.

Rojo.
Sangre, dolor, ira, odio, muerte, destrucción, pasión... emociones... Una espada en la oscuridad. Él es la espada, es una herramienta diseñada para matar, tiene la capacidad de herir al prójimo, aunque quizás sea por una buena causa, pero eso no lo sabe. Es usada para hacer daño, su trabajo no le gusta, es desagradable, le pagan en sangre, y no es sangre lo que busca, solo busca vivir. Con sangre compra su vida, gracias a ella tiene una vaina, está afilada, alguien la cuida, y gracias a la sangre se limpia de ésta. No es una vida fácil, ni siquiera es una vida. Nunca supo si sirvió para algo su existencia, si gracias a ella el mundo mejoró, si alguien se dio cuenta siquiera de que ella estuvo allí, si alguien supo que ella sentía, que tenía emociones, que no quería hacerlo. Un día recordó la historia de Masamune y Murasama, cada uno hizo una espada, la del segundo cortaba todo a su paso, sin importar qué, con un filo extraordinario; la del primero repelía todo lo que pasase por su filo, pues no destruía innecesariamente, aun cuando podía hacerlo. Intentó ser como Masamune, pero no lo consiguió, pues las manos que la sujetaban deseaban cortar, e impotente, se dio cuenta de que era Murasama, y que siempre lo había sido. Y cuando su corazón entendió esto, se quebró, y con él, se quebró su cuerpo.

Azul.
Tranquilidad, descanso, sueño, sueños, deseos y deseos incumplidos... Es un hombre que sueña, vive entre la realidad y el sueño, y no los distingue, porque ellos no le distinguen a él. La realidad está distorsionada para él como si fuese un sueño, y el sueño se asemeja a la realidad como si fuesen dos moléculas de agua en el mismo estanque. Así, el hombre va a caballo entre los dos mundos, se despierta de la realidad y vive en el sueño. Se lleva objetos de un mundo a otro, que aparecen y desaparecen cuando su mente oscila. El hombre no tiene historia, no tiene cuento, simplemente existe en alguna dimensión donde su existencia intermedia es posible, su realidad y su sueño son lo mismo, no hay diferencia real, no confunde los dos, simplemente los vive, como cualquiera viviría con lo que tiene y lo que puede.

Verde.
La naturaleza, el bosque, el ciervo, el disparo a la madre de Bambi, la ecología como medio de supervivencia... Es una aventurera, una de los siete elegidos para salvar al mundo. Ella y sus compañeros recibieron poderes para detener a las hordas de la oscuridad que planean destruir el mundo. Su poder es el hielo, éste parte de su personalidad, porque es perezosa, trata de moverse lo menos posible, el hielo es una buena elección. Los poderes de sus compañeros son fuego, tierra, agua, viento, rayo y veneno; y viajan a través de un mundo devastado, donde hace miles de años que no existe la tecnología. Deben recorrer los templos sagrados que son la representación de sus poderes, antiguos templos venerados por los habitantes ya que suministraban energía al mundo, sacada del planeta. Esos templos ya no escuchan, ya no proveen. Pasan por innumerables pruebas en los templos y en el mundo. Su personaje no se da cuenta, pero el lector sí, los templos son descritos como una plataforma petrolífera, una central térmica, una de biomasa, una hidráulica, un parque eólico, una central eléctrica y una planta nuclear. Al final salva al mundo, pero sacrificándose por sus compañeros y por el planeta, como una digna aventurera.

Lleva seis papeles, seis personajes, pero no es suficiente, infinitas historias, infinitas posibilidades, querría ser todos, pero sabe que es imposible... solo unos cuantos más, algo más de exploración, para saciarse, para reivindicar su derecho a vivir donde él quiera, dónde él pueda, y sentirse a gusto, esté dónde esté.

Naranja.
Fruta, cítrico, salud, una persona llamada Noe, más ciervos, el césped, la tierra... Es una roca a través de los siglos. No recuerda cuando se creó, ni quiénes fueron sus minerales padres. Sabe que un día se fragmentó, no recuerda quién lo hizo, y ahora está en muchos sitios, no es ubicua, pero lo mismo se encuentra en Malasia que en Japón o en Mozambique. Empezó siendo grande, muy grande, y ahora solo es granos de arena dispersos, siendo pisoteada por gente que era más pequeña, y que ni siquiera había nacido cuando ella se creó, que hubiese muerto si ella se hubiese caído encima. No entiende la ironía de su vida, de su existencia, al fin y al cabo, era solo una puta piedra, y ahora ni eso.

Rosa.
Señor Rosa, yo, el escritor, las letras, la vida en mis manos... Es un escritor, que da vida a personajes, que está sentado frente a su ordenador escuchando Luar Na Lubre, con latas de Coca-Cola vacías en su escritorio. Que se dedica a escribir la palabra "escribir" pensando en ponerla entre comillas la segunda vez haciéndose autorreferencia. Le gusta jugar con las palabras, le gusta, en cierta medida, jugar con la mente de los demás, le gusta que la gente le lea, porque la escritura está hecha para ser leída, aún cuando a veces esa no sea su intención, aunque a veces sea para el desahogo, pero no es el caso, quiere que la gente lea la palabra "palabra" que él has escrito hace seis u ocho palabras. Quiere que la gente disfrute con algo que él haya hecho, porque si no, para qué escribe. Y extrapola esto al mundo, si nadie disfruta de algo que él haya hecho, para qué está en el mundo.

Violeta.
Flores, un ramito de violetas, canción, Mecano, Cecilia, aire... Es un niño pequeño viendo el Rey León, la escena en la que Simba se deja caer al suelo y la hierba que se levanta viaja con el viento hasta Rafiki, que reconoce su olor y descubre que está vivo. El niño adora la película, Simba es su héroe, Timón y Pumba sus amigos, y el mandril es su maestro. Crece con un gusto enorme por los animales, le encantan, piensa en hacerse biólogo, o veterinario... Pero cuando termina de crecer acaba metiéndose en cualquier otra carrera, sea bellas artes, sea aeronáutica o sea empresariales, lo importante es que se vuelve vegetariano, o vegano, u ovolactovegetariano u ovovegano. No quiere que se le haga daño a los animales para que él pueda vivir, y con su loable intención, solo consume plantas (con su deficiente aporte proteínico). Aporta su pequeño grano de arena para conseguir un mundo mejor, pero no ve su esfuerzo recompensado, al principio sí, siente que hace algo bueno, y eso es suficiente, pero luego cae en una depresión a lo largo del tiempo, él solo no puede hacer nada, lucha contra la marea, pero es demasiado fuerte, y ésta le arrastra. No obstante, se mantuvo fuerte en sus convicciones, siendo vapuleado una y otra vez por la masa y la cultura imperante, con su alma y mente resquebrajadas, pero su corazón limpio. Al morir, en un extraño cortocircuito cerebral, se le apareció Pumba entre las nubes dándole las gracias con una manzana en la boca.

Como un gato en los países anglosajones, nueve vidas tiene ya el hombre de la hoja en blanco. Tras éstas, se da cuenta de que no es un hombre... aunque tampoco una mujer, es un concepto, o es muchos conceptos, es una idea, que adopta distintas formas, y se desarrolla, porque ese es el objetivo que tiene, crecer y desarrollarse, y alimentarse de narraciones y reproducirse en distintos lugares. No es solo un hombre o una idea en una hoja de papel, es un ser vivo.

Celeste.
Cielo, atmósfera, nubes, viento, pájaros, volver, golondrinas, cocos... Es el Caballero Verde, aquél que se presentó en la corte del Rey Arturo con un hacha gigantesta, vestido todo de verde y con los cabellos del mismo color. Es aquél que retó a alguien a cortarle la cabeza, y que él haría lo mismo un año más tarde al que lo hubiese hecho. Sir Gawain fue el caballero que aceptó el desafío y le cortó la cabeza, cabeza que fue recogida por el Caballero Verde y fue recolocada en su sitio. Un año más tarde, el coraje de Sir Gawain sería puesto a prueba. Él es el Caballero Verde durante ese año, temeroso de tener que matar a un buen hombre poniendo a prueba su valor de forma tan absurda. Indeciso y confuso se encuentra durante todo ese tiempo, preguntándose por qué tuvo que hacerlo, por qué se deja arrastrar por las maquinaciones de Morgana. Él duda, siente pena, siente dolor, permite que manejen su destino y no sabe por qué. Sabe que sus sentimientos no serán relatados, pero los tiene, al fin y al cabo, es un hombre, un caballero, su honra es lo más importante, y a ella se aferra y sigue adelante. Todo termina bien, nadie mata a nadie al final, pero igual que Gawain porta un cinturón recuerdo de su debilidad, el Caballero Verde lleva una cicatriz en el cuello, recuerdo de su pasividad ante el destino.

Turquesa.
Discusión sobre si es azul o verde, una Gameboy, Pokémon, Lugia, Vaporeon... Es un chaval en un manicomio, encerrado probablemente por algo que pensaba que existía y resulta que no. Mira al mundo y ve las locuras y las incongruencias en él, y al principio no entiende por qué él está encerrado y el resto no. Y pronto se da cuenta, él está loco, sí, puede que más, puede que menos, o puede que igual que las personas que ve andando fuera de la ventana, pero su locura es única. Él intentó cruzar a su perro con un atún para que éste disparase agua por la boca, pero los otros se matan entre ellos por pedazos de tierra, por pedazos de papel, por pedazos de animales convertidos en una sustancia negra y por pedazos de bits de información. Nadie comparte su locura, y por eso está encerrado, todos los demás tienen una locura en común, y por eso están libres... Eso pensaba al principio, afortunadamente, para él, su mente cambió, y dejó de estar encerrado en un manicomio para estar libre dentro de un manicomio; se percató que los demás estaban encerrados en su propio mundo, y que él estaba libre de esas ataduras mientras estaba atado a su cama. Perspectiva, todo es perspectiva.

Chartreuse
Verde-amarillo, amarillo verdoso, verde amarillento, licor, alcohol... Es un camarero de unos cuarenta años, que regenta y despacha un pub. Cada día, sobre todo, cada fin de semana, ve a decenas y decenas de personas entrar en su bar, hablar, beber, bailar y cantar. Se gastan su dinero en el veneno que él sirve, a veces con alegría, a veces con pena, y a veces sin siquiera sentimientos. Él bebe, no es un una excepción, no es ajeno a su propio bar oscuro y con el suelo pegajoso. No sabe por qué bebe, no es para olvidar, qué querría olvidar, no es para alegrarse, el alcohol solo no alegra, bebe por beber, igual que vive por vivir. En ocasiones se lo plantea, y no llega a ninguna conclusión, le molesta un poco eso, pero luego deja de importarle. Y sigue bebiendo, y sigue despachando bebidas, a lo mejor alguien, de entre esas cientos y miles de personas a las que ha atendido en todos estos años sabe por qué beben, o sabe por qué bebe él.  Se lo plantea un momento, y veces piensa en preguntarle a ese cliente con cara de conocer el mundo, pero cuando reúne el valor suficiente para hacerlo, alguien dice "¡Ey, una cerveza!", y vuelve a pasar del tema.

Lleva ya doce cuentos en su haber, que ya forman parte de él, que le siguen como apóstoles y que protege como si fuesen casas del zodiaco. Ya no le quedan más colores en su paleta. Ya no le queda más inspiración nueva, solo le queda seguir mezclando y mezclando, hasta que no reconozca cuál fue el inicio de todo. podría hacerlo, lo sabe, le gusta, es su droga, pero sabe que no acabará... Quizás un último esfuerzo, una traca final, un todo ¿Qué es todo?

Negro.
Noche, muerte, final... Es un alma sin pena, un ser que dejó este mundo hace tiempo, que ya no recuerda quién o qué era. Un político, un romántico, un colono espacial, una espada, alguien entre dos mundos, una heroína, una roca, un escritor, un vegetariano, un caballero, un loco, un camarero... Quizá fue alguien o algo de esto, o quizás no, quizás fue un pato, o un sentimiento, o quizás no fue nada. Siente que ahora es algo, y que algo fue, aunque fuese nada, ya era algo. Es un alma que no sabe si cumplió su propósito en la vida, no sabe si tuvo vida; no sabe si ha tenido muchas vidas; pero no le importa, es quien es, y quien fue, aunque realmente no fuese. No siente, no tiene cuerpo, pero está ahí, vagando por este mundo, o por el otro, o por los dos a la vez, o por uno que no sabemos que existe, o quizás viaja por un mundo que realmente no existe. Lo único que importa es que está ahí, que se siente a sí misma, y que a lo mejor, si tiene suerte, alguien la sentirá. Es la protagonista de una historia. Es una idea, y está viva.

¿Qué es nada?

Blanco.
                                       









domingo, septiembre 15, 2013

Agua... agua magistralmente mezclada con un poco de L...S...D...

Sentadito en la arena, mirando al mar, con casi un litro de calimocho en las manos... comienza a llover.

- Bichu, vamos al chiringuito, que nos mojamos.
- ¿Tú para qué coño has venido a la playa?

Más tarde, una forma más despelotada que de costumbre en una playa, me metí en el agua mientras caía un precioso aguacero.

Y un ratillo después, con el agua cubriéndome hasta la barriga, y el chaparrón cayéndome encima, eché una relajante meada en el mar de Cádiz. Agua por fuera, agua por dentro. Y una magnífica sensación de autorrealización invadiendo mi cuerpo.

miércoles, agosto 07, 2013

Dos tetas sobre una Concha.

Dos montes tiene Donosti-San Sebastián
uno el Urgull
de buenos caminos y gratuitos museos y castillos
otro el Igueldo
de eficientes carreteras y cimas pagadas
del Urgull un presenté me llevé
una de pino piña
en el otro, el Igueldo
un presente dejé
un orín de gran calidad
eso sí, gratis.

martes, julio 30, 2013

Reencuentro.

Estaba tranquilamente mirando la última actualización del blog de un colega (que recomiendo como el comer) en la que conversan su yo de 2011 y su yo de 2013, y no he podido resistir la tentación de plagiarle homenajearle. (A ver, yo dibujo como el culo, y la foto está hecha con el móvil, pero aún así me apetecía probar)


[Texto]

- ¿Cómo me va la vida siete años en el futuro?
- Bueno... te va. Estás a punto de acabar la carrera, has viajado un montón, aunque al final no aprendiste japonés, pero bueno, aún así eres más friki ¡Ah! Y has hecho un montón de amigos, aunque has perdido otros. Pero vamos, no estás mal.
- Ajá... Y...
- Buff... Sí. Has folla'o.
- ¡Toma!
- ... Afortunadamente, también has madurado...
- ¿En serio?
- Bueno, un poco.

domingo, julio 28, 2013

El hombre que perdía el tiempo perdido.

Existe una canción antigua, antigua como el tiempo, que decía, referido al nombre de una persona, lo tuyo no es un nombre, lo tuyo es una venganza. Poner un nombre es difícil, se intenta encontrar y transmitir la esencia de los objetos, las emociones o las personas en unas pocas sílabas.

¿Cómo eran los nombres de los padres? ¿Pedro y María? ¿Elena y Matías? ¿Sergio y Lucía? ¿Eva y Ángela? La verdad es que no me acuerdo, pero eran nombres considerados normales, nombre que sus padres habían vaticinado como correctos y acertados. Pues Pedro y María, o Elena y Matías... se llamasen como se llamasen, habían decidido, quizás por designios divinos, por augurios astrológicos, por azar, o quizás por guasa y borrachera, que su hijo primogénito se llamase Saturnino.

Saturnino no era un nombre que se considerase muy normal en los tiempos que corrían, pero tenía algo, tenía cierta fuerza, por alguna extraña razón, le pegaba el nombre a ese niño.

Saturnino era un niño como otro cualquiera, es decir, era especial. Todo el mundo es especial a su manera, de modo que Saturnino era normal. Era un chaval bastante tranquilo, cuya tranquilidad evolucionó en vagancia al hacerse mayor. Y cuya vagancia se convirtió en desidia al nivel treinta y seis. Saturnino siempre, en definitiva, perdía el tiempo.

Perder el tiempo es algo que se considera bastante común en la sociedad. Pero qué es exactamente eso de "perder el tiempo". Hay quien piensa que estar mirando al techo pensando en tus cosas, quien dice que es quedarse viendo la televisión durante horas, o que es aquél que se dedica a jugar sin tener en cuenta sus responsabilidades... sea como fuere, todos están de acuerdo en que "perder el tiempo" es no hacer nada productivo.

Saturnino en sus horas muertas observando el techo, dirigiendo la mirada a la televisión o jugando con sus miniaturas de Alien se preguntaba qué era "ser productivo". Productivo, productivo, productivo, que produce, que produce algo ¿Qué producía la gente que hacía ejercicio? ¿Qué producía la gente que leía libros? ¿Qué producía realmente la gente que trabajaba y ganaba dinero con ello? Salud, conocimiento, dinero.

Saturnino decidió un día hacer ejercicio, leer muchos libros y trabajar mucho para ganar mucho dinero. Ya no miraba al techo, ya no veía la tele, y ya no jugaba con sus muñequitos. Saturnino ya no perdía el tiempo. Se volvió un hombre fuerte, listo y millonario ¡Saturnino se volvió un tochazo! Atractivo, culto, rico... consiguió el éxito, consiguió mujeres, consiguió el amor, la felicidad. Todo ¡Ahora era realmente especial!

Dejó atrás sus pensamientos sobre la productividad, sobre el tiempo, sobre lo normal, sobre lo especial. Pero eso no era malo, así era su vida ahora. Y ya está, Saturnino murió feliz, contento, querido y les dejó una gran herencia a sus hijos.


Lo único de lo que tuvo que lamentarse Saturnino alguna vez, fue que su hijo, siguiendo su legado, aumentó aún más la fortuna familiar, aunque para ello tuvo que arrancarle las entrañas (literalmente) a la gente que pretendía que compartiese su fortuna con el resto de la humanidad... Su hijo tuvo de nombre Júpiter, o Zeus, la verdad es que no me acuerdo. Si Saturnino hubiese sido listo, habría devorado a sus hijos al nacer, pero claro, estaba ocupado intentando ser productivo. Había perdido su tiempo perdido.


¡Guau! Qué buena historia... Quizás debería hacer algo por mi vida, solo tengo que procurar compaginar mis momentos productivos con los de tranquilidad, y así poder educar bien a mi hijo... Bah. Prefiero seguir mirando al techo, así no tendré que arrepentirme de que me salga un hijo psicokiller.

Como decía, Saturnino era un tipo muy vago, que hasta conseguía a veces perder el tiempo perdido. Pero perder el tiempo... era normal ¿no? ¿O era especial? Nunca me acuerdo.

sábado, julio 27, 2013

Me gustan las camisas hawaianas porque nací con Venus al ascendente...

- ¡Oh Dios mío! ¡Te ha salido el Loco, la Torre y la Muerte!
- ¿Y eso qué quiere decir?
- Que este juego de cartas es muy aburrido.



Soy una persona demasiado joven, retrógrada y con la mente demasiado cerrada como para creer en el reiki.

lunes, julio 22, 2013

Historias que es mejor no intentar contar.

A las tres y media de la tarde, he pasado por la terraza de un bar, allí había un hombre. No sé qué edad tendría, unos 50 ó 60 supongo, estaba calvo, y presentaba una enorme barba blanca; vestía una camiseta que parecía de promoción, unos pantalones cortos azul marino, y calzaba unos náuticos. Estaba sentado solo en el velador, sin nadie más que compartiese su mesa o las mesas de alrededor, tenía delante un tubo de cerveza, casi sin tocar, y sus manos estaban cruzadas delante de él, con un cigarro encendido, y se dedicaba a mirar al frente sin fijarse en nada.

Al verlo, he pensado que ese hombre merecía una historia, esa mirada, ese cigarro, ese tubo de cerveza, esa barba... Al volver a pasar delante de él, y encontrarlo casi en la misma postura, he vuelto a pensar en él, pero rechazando la idea anterior, no creo que fuese capaz de escribir una historia que le hiciese justicia, no creo que algo que yo pudiese idear se asemejase realmente a lo que ese hombre transmite, o quizás sí. Quizás mi historia sobre él fuese más interesante, más épica, más melancólica, más divertida o más triste, pero no sé, la historia que desconozco parece ser la mejor de las posibles.

viernes, julio 19, 2013

Bolas Deng Xiaoping.

Chicos, chicas, definitivamente, la vida es divertida.

sábado, julio 06, 2013

Boomerang, que no palo, en un cielo de frambuesas.

Dos meses sin tener ni puta idea, pensando en cruzármela por la calle sin hacerlo nunca, a falta de dos días, pensando que ya era imposible encontrármela, me la encuentro. Me salvan de la situación incómoda, solo para que 5 horas después se repita, más larga y sin posibilidad de escapar.

Bien jugado universo, bien jugado.

viernes, julio 05, 2013

Solo quería compartirlo.

Estoy sentado en pelotas, con el ventilador apuntándome a los huevos.

lunes, mayo 20, 2013

Origen.

Sueño con persecuciones, policías y disparos, luego el sueño se convierte en sueño erótico... y me despierto.

Y me levanto en la cama con la misma mujer con la que soñé... genial ¿no? Pues no, otro sueño erótico. Y me desperté.

Y en la realidad no había nada erótico. Odio la realidad. No es tan divertida como debería xD

miércoles, mayo 15, 2013

Yaki Oni Giri.

El mundo, parece, gira y girar sin parar. Los muertos no se levantan. Y me quito los pellejos de mis pies. La cerveza corre por mis venas, y el ordenador se refleja en mi ojos. Y escribo sin saber por qué. Porque relaja. Y hablo, y no me contestan, y miento y me toman en serio. La seriedad no es más que otro lastre más. Y recuerdo canciones que me hacen recordar. Y recuerdo cosas que no quiero, pero que quiero recordar, y puedo aunque no deba. Y recuerdo conversaciones sobre los recuerdos. Y en la memoria aparecen cervezas, y las cervezas aparecen frías. Y el frío no es algo que me defina. Y en la definición me bloqueo, y dejo de intentar hilar las ideas, porque las ideas surgen de la cabeza, y la cabeza solo quiere pasar. Y sigues pasando, aunque quiera continuar. Y pasas, y bostezas, y saber que es tiempo de irse a dormir. Porque el sueño es importante, al menos, para recordar que el mundo gira, y todo sigue igual, pero en realidad es distinto. Y borras y reescribes lo borrado. Es distinto, pero es mejor. Recuerdas a los escribidores. Y te preguntas sobre ellos y sobre ti. Y la nariz pica. Y el pezón izquierdo también. Dulce tormenta de ideas, dulce descripción de lo que percibes. Y en la boca el regustillo a cerveza. Y bostezando acabas. Y acabas, y ya.

martes, mayo 14, 2013

Cosas.

La sinceridad es una mierda y está sobrevalorada.

Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad.

Sea por cobardía o sea por intentar hacer algo bueno, muchas veces me parece mejor mentir. Al menos no me siento tan mal.

No me da cargo de conciencia, y la otra persona puede salir mejor parada que con la puta sinceridad; que no sé por qué, pero parece que me sienta peor decirla, porque puede dolerle a los demás. Jode que te engañen, pero no jode tanto si no lo averiguas. "Si lo respetas y lo aprecias debes decirle la verdad"... Polladas, si lo respetas y lo aprecias, intentarás causar el menor daño posible, y punto.

Es cierto que uno siempre quiere saber la verdad, pero vivir en la ignorancia nos hace felices. No tiene por qué ser una ignorancia cultural, social, ni nada grande, solo... pequeñas cosas, pequeñas cosas que es mejor no saber, porque no ganas nada sabiéndolas, y pierdes mucho.

Como todo el mundo, no quiero que me engañen, ni quiero engañar. Ir de frente, es lo que nos enseñan; pero también nos enseñan a no hacer daño a los demás. Cuando las dos cosas entran en conflicto qué ocurre ¿Qué prevalece sobre lo otro?  Cada caso concreto debe ser estudiado, como cuando entran en conflicto dos derechos fundamentales. Todo depende del juez que, en este caso, soy yo, o lo es cada uno con su dilema.

¿Qué pesa más? ¿Qué pesa más?

- Alto ¿A dónde vas?
- A morir en esa horca.

Si ha de doblarse alguna vez la vara de la justicia, más vale que se doble hacia la misericordia que hacia el castigo.

No es justicia de lo que hablaba en principio, era... buenrollismo, pero se supone que la primera debería estar basada en la segunda. A veces uno simplemente quiere ser buena gente, y a veces eso es difícil.

lunes, mayo 06, 2013

Davida contra Golitenia.

ADVERTENCIA: No es un relato bíblico, ni tampoco una canción de música ska.

Existen en esta vida empresas fáciles, empresas difíciles, empresas imposibles, y empresas que caen en bancarrota. La nuestra es una empresa que es fácil de decir, difícil de imaginar, imposible de cumplir, y que rompería una banca si se consiguiese llevar  cabo. Por otro lado, lo único aparte de eso que hay que decir, es que es una empresa absurda, pero dado que el libro de literatura española más leído del mundo se basaba en empresas absurdas, no veo por qué la gente no debería conocer esta historia.

Como la historia más famosa de ese libro, la nuestra trata de vencer a lo imposible. Y ya que estamos con imposibles y difíciles, digamos que nuestro molino gigante es en realidad mucho más pequeño que la persona que trata de vencerlo, y ya que estamos en una época de paridad e igualdad, pongamos que nuestro protagonista análogo al rey y al caballero es una persona de sexo femenino, o sea, una mujer. Una mujer llamada Davida que, por su nombre, se intuye que o sus padres querían un niño, o no tenían ningún gusto eligiendo nombres.

Como prólogo a una historia corta este ya es bastante extenso, de hecho, las historias cortas normalmente no tienen prólogo, no es que no deban, pero si pones a un pequeño relato una introducción, o ya no es tan pequeño, o el relato principal se queda bastante corto.

Nuestra historia comienza con Davida, una persona ocupada, llena de cosas por hacer, llena de cosas por hacer que no hace, y llena de cosas por hacer que no hace pero que acaba haciendo. Davida tenía sus manías, una de ellas era comer. Hay a quien tiene la manía de respirar, la manía de beber, la manía de dormir, o la manía de defecar; a Davida le había tocado en suerte la de comer. Cosa genial, porque le encantaba. Comía y comía a todas horas, y seguía comiendo y comiendo. Una pensaría "¡Joder! ¡Qué gorda!". Pues no, no estaba gorda, y se preguntaba el por qué. Otra persona no se lo preguntaría, ni se preocuparía, o pensaría que tendría un metabolismo asombroso, pero Davida no, así que comenzó a investigar.

En estos tiempo la gente va mucho al médico, todos son unos cagazas. Aunque en realidad, es mucho mejor ir al médico que lo que hace la gente que no va al médico, que es mirar en Internet. Internet es un lugar mágico, lleno de alegrías, tristezas, ira, pena, y personas que no saben heskrivir, pero lo que más tiene Internet, al margen de gatos, porno y versiones en todos los instrumentos habidos y por haber de las músicas del Mario y el Zelda, es información. Puede haber información óptima, buena, regular, mala, horrible o de Yahoo! Respuestas. Davida llegó a una información que pudo calificar de "pasable", y dicha información decía que lo que lo que le pasaba era que tenía una tenia en el cuerpo.

Según rezaban las informaciones que había leído, había algunos métodos para librarse de la tenia, que teóricamente es un parásito que se aloja en el intestino y se "come" todo lo que tú has comido. No suena tan mal, pero en realidad es malo o, cuanto menos, desagradable, imagina que en lugar de en tu intestino, tienes a ese gusano que mide de dos a diez metros en el sobaco, chupándote continuamente los pelillos... lo que yo decía, desagradable.

Davida, que era una persona bastante resolutiva con sus acciones, decidió que ella misma "combatiría al mal que se había aposentado en su cuerpo con sus propias armas". Pero Davida solo tenía una cualidad especial, que podía llamar "arma", y eso era comer. De tal modo que decidió comer más y más y más, hasta que la tenia muriese por gorda. Cualquier médico, enfermero, auxiliar de enfermería, farmacéutico, veterinario, herbólogo, pato con cofia u homeópata le hubiesen dicho que eso era una insensatez (o le hubiese dicho que "cuak", pero tenía el mismo significado que los demás), pero Davida tenía la determinación de conseguir eliminar al intruso por sus medios.

Así que Davidad comió, y comió, y comió, y comió, se gastó todo su dinero, el de sus padres, el de sus amigos, y el de los vagabundos a los que le robaba por la calle. Pasaron meses, y un día, mientras comía un sándwich que contenía todos los tipos de carne, salsa y cartón que se podía albergar entre dos panes, pensó que ya era suficiente. Había aguantado, lo había intentado, y había fracasado, tímidamente pensó que hizo todo lo humanamente posible, que podía estar orgullosa, pero no lo creía realmente; de modo que fue a pesarse una última vez antes de ir al médico. Llegó a la báscula y se puso encima, seguía estando en esos horribles y  livianos 368 kilos...

Lo que ocurrió después no es historia nueva. Simplemente quedaos con la idea de que Davida tenía el sentido de la gordura un poco distorsionado, que cuando le dijo el médico que no tenía ningún parásito se sintió feliz y volvió a comer de forma normal (aunque sin bajar nunca de los 300), y que la comida le daba vida al igual que a los demás se la da el respirar, el beber, el dormir y, en definitiva, el hacer lo que les gusta. Davida había luchado contra la tenia y había sobrevivido, y por supuesto, consiguió romper la banca de espera de la consulta del médico.

No había nada imposible para esa mujer... ni lo habría mientras siguiese haciendo lo que más le gusta: Comer

viernes, abril 26, 2013

Manual del buen escritor.

Le decían que probase a escribir cuando estaba alegre, en lugar de cuando estaba triste, que se veían mejor las cosas. Yo le contesté que no era así, que era igual de subjetivo, cuando estás alegre no ves las cosas como son, las ves mejores.

Habría que escribir cuando no se está triste, ni se está alegre, habría que escribir cuando no sé está. O cuando se está.

Cuando se está, es difícil no estar más alegre que triste o más triste que alegre, el equilibrio es muy difícil, y realmente, si llegas a él, lo que probablemente no se te pase por la cabeza sea escribir sobre ello.

De modo que solo nos queda, para poder ser objetivos, escribir cuando no se está. Lo cuál también conlleva su dificultad. No estar es, por definición, lo contrario a estar, y normalmente se está, siempre se está en algún sitio, o siempre se está de alguna manera. No estar es no estar ni triste ni alegre, pero también ni cansado ni enérgico, ni sentado ni de pie ni tumbado ni de rodillas ni acuclillado, ni casado ni soltero ni viudo ni separado, ni hambriento ni sediento ni lleno, ni desnudo ni vestido, ni vivo ni muerto. Realmente es un tanto complicado, además, cuando se está, se es, así que tienes que no ser.

Y si no se es, no se puede escribir, pero da igual, porque si no se es ni estás, no escribes, y cuando no estás, es cuando debes escribir. Así que, en fin, si no escribes, escribes de puta madre.

Conclusión: La gente está mejor calladita.

martes, abril 23, 2013

Parménides.

Bichu: Buenos días señorita.

Señora Oro: Me alegra ver que hay cosas que nunca cambian.

domingo, abril 21, 2013

Hacia el futuro.

Hoy soñé que revisaba el blog, y que iba releyendo las historias que había escrito hace tiempo, y según avanzaba hacia las más nuevas, al final encontraba historias que todavía no he escrito. No me acuerdo de qué iban, ni como de largas eran ni nada, pero os aseguro que eran mejores que casi todas las que he escrito hasta ahora.

Paciencia, llegarán. Los sueños no mienten...

... solo inventan.

sábado, abril 20, 2013

Psicobares.


Señor Albino:
iyo, el Señor Rojo Bombero tiene una teoria sobre por qué pillas a tope

Bichu:
yo no pillo a tope xD

Señor Albino:
tienes a 3 o 4 ahí entregaitas
jejeje
eso es bastante

Bichu:
en realidad no

Señor Albino:
en cualquier caso tiene una teoria

Bichu:
bueno, dime la teoria xD

Señor Albino:
segun el eres un postura friky

Bichu:
explica xD

Señor Albino:
es decir, una persona que explota un cliché social
en tu caso, el frikismo
haces, dices y te desarrollas dentro de ese cliché social
de manera natural

Bichu:
interesante

Señor Albino:
y eso le mola a las tias
porque tiene personalidad
jejejeje
tias, claro, que se sientan atraídas por ese cliché
es como los gafapastas muy gafapastas
o los de mujeres, hombres y viceversa
jejejeje

Bichu:
pero yo no siempre exploto el cliché de friky
eso hay veces que sale antes o después
acaba saliendo, eso sí xD

Señor Albino:
jajajajaja
por eso
no lo explotas conscientemente
pero creeme
tu simple presencia hace explotar una especie de etiketa en tu cabeza que pone friki
cuando hablas o te comportas como tu eres, esa etiqueta, o tag si prefieres
se potencia
por eso nunca te irás con una pijaza de derecho
discotekera
a parte, tampoco creo que te interesen demasiao
jejeje
aceptalo bi, eso es un regalo, es molón

Bichu:
ok xD
me gusta la teoria

domingo, abril 14, 2013

Pillaron a Flash.

- ¿En serio? ¿Un mes sin publicar nada y me pones esa basura etílica?
- Jo... Lo siento.

sábado, abril 13, 2013

El hombre más rápido vivo.

Corre hasta que los músculos se desgarren y los huesos se quiebren.

sábado, marzo 23, 2013

Fealdad.

Abrió la puerta, y la figura perruna de siempre estaba allí, recibiéndole, moviéndose de un lado a otro, abriendo y cerrando el hocico. Pero había algo raro, no hacía ruido, no ladraba, no emitía sonido alguno. Se fijó bien, en realidad, el can no era normal, estaba extrañamente translúcido, irradiando un color azul brillante, como el de los fantasmas de Casper. De pronto no estaba allí.

Cerró la puerta, dejó atrás el pasillo y llegó al salón, y ahí estaba el perro otra vez. Estaba saltando, estaba moviéndose, estaba ladrando, jugando, corriendo, comiendo, bebiendo, durmiendo, gruñendo, lamiendo... meando... cagando... eructando... persiguiendo gimiendo llorando acurrucándose tumbándose respirandodurmiendoladrandosaltandocomiendoviviendo. Estaba ahí.

Ya no estaba ahí. Alguna vez estuvo, pero ya no. Y no volverá a estar.

Así es la vida. Así es la muerte. Qué feo...

miércoles, marzo 20, 2013

Dulce efímero.

Estaba contemplando una galleta untada con Nocilla, y se me ha ocurrido una maravillosa historia que contar sobre ella, mientras la miraba, pero he decidido comérmela y la historia ha desaparecido.

Supongo que la vida es así.

jueves, marzo 07, 2013

Guinness: gran cerveza y mediocres récords.

Creo que es la primera vez que he conseguido quitarme unos 8 pelos de la nariz de un solo tirón.

No estoy orgulloso, pero es curioso... (y además rima)

miércoles, febrero 27, 2013

Nunca te rindas.

Y así fue como salvé al mundo... recuérdalo siempre, mientras haya cereales con chocolate, hay esperanza.

martes, febrero 26, 2013

Toka Koka

Ver este corto:



Ponerte a pensar a sobre él, lo que quiere decir, lo que implica, y echarle todo el existencialismo y gafapastismo que le puedas echar a un cortometraje de apenas 14 minutos...

Para más tarde decidir que necesitas compensar ese pensamiento complejo con una peli de animación de superhéroes dándose de hostias; donde la despersonalización, la esquizofrenia y el rechazo, son sustituidas por rayos, explosiones y hostias.

sábado, febrero 23, 2013

De paso.

Me pasa algo, pero no pasa nada, ya se pasará.

lunes, febrero 11, 2013

Acorde a la situación.

*Bichu evita encarecidamente que un borracho sudafricano afincado en Inglaterra que esta de visita en Sevilla intente entrar otra vez al bar donde le acaban de pegar. Tras media hora sujetándolo y echándolo hacia atrás mientras se pringa la camisa de la sangre del muchacho, aparece por detrás una amiga y dice una gran frase acorde con lo que está ocurriendo*

- Bichu, ¿te puedes creer que no me quieren vender una cerveza por un euro y medio porque dicen que se les ha terminado la de barril?
- ¿En serio? ¿De verdad -----? ¿Te parece que ese es el mayor problema que tengo ahora mismo?

martes, enero 22, 2013

La cuchara de la muerte

Se encontraba jugueteando en la cucharilla del desayuno, dándole vueltas a los cereales de chocolate que flotaban en la leche. Otro día más, más normalidad, más costumbre y más rutina. Más "más". Día cualquiera, ir, o no ir, a la facultad, enredar con el ordenador, conversar desde el ordenador, ver alguna serie en el ordenador, y quizás salir a tomar una cerveza.

Todo giraba siempre como esa cucharilla a la que ella le daba vueltas, hasta volver a su punto original, puede que los cereales cambiasen a veces de sitio, pero seguían en la misma taza, con la misma leche, sin saber que en cualquier momento la hora les llegaría, y serían terriblemente masticados y digeridos ¡Cruel destino el de los cereales! Pero no tan distinto del que ella sufriría en algún momento.

Mientras la metáfora entre la vida y los cereales daba vueltas en su cabeza, pensó en que debería escribirla en algún lado, al fin y al cabo, era una idea interesante e incluía comida, y la comida le gustaba. Tras pensar en un bonito y creativo título para el texto, se levantó y se dedicó a preparase para ir a clase. Sin mucho maquillaje, el justo y necesario para que pareciera que no llevaba, con pantalones holgados y una camiseta que alguien podría definir como "friki".

Sin pena ni gloria, ni atención por su parte, pasaban las horas en clase, hasta que las clases acabaron. Y, en teoría, vuelta a empezar... aunque no fue así exactamente.

Hay historias que merecen ser contadas, y son contadas porque tienen algo especial. Si fuese un día como otro cualquiera, no merecería ser contado, ni mecería llamarse "historia".

Un grito. Dos gritos. Tres gritos. Muchos gritos sonaban fuera del edificio y resonaban dentro de él. Un muerto... una muerta más bien. Algo raro, sin duda, la gente no suele morir cerca de una facultad, nadie sabe por qué, pero es así. "Cerca de la facultad" quería decir en el edificio de al lado, en el proyecto de edificio de al lado, pues estaban construyendo uno. La muerta, según Ainara escuchó, era joven, de su edad más o menos, y por las reacciones de algunas personas, pudo deducir que era alguien que estudiaba en su facultad. Pero no la conocía, así que no le importaba. Una anécdota más para contar algún día.

Sin embargo, pasó cerca del lugar del incidente, movida por pura y dura curiosidad. Entre el apelotonamiento de gente, en algún momento pudo distinguir bien el cadáver, definitivamente no la conocía. Hora de irse a al piso a comer.

Hay una frase de Los Simpson que ilustra muy bien como funciona eso de morir: "La gente muere, constantemente. Tú mismo podrías estar muerto mañana".

Mientras se alejaba tranquilamente del lugar, escuchó el casi imperceptible sonido metálico contra el suelo. Al mirar, descubrió una cuchara. La cuchara parecía antigua, de hierro, bastante maltratada por el tiempo, y en algunas partes estaba bastante oscurecida.

Y, como en toda historia, sin saber muy bien por qué, el protagonista se guarda un objeto que significa que la historia puede continuar.

Ainara se guardó la cuchara y se encaminó a su piso. Durante el trayecto, empezó a notar sensaciones extrañas, como si de vez en cuando su cuerpo fuese incapaz de moverse, pero su mente seguía despierta, a ella misma le parecían vibraciones, era como si su cuerpo se detuviera, vibrara, y continuara su marcha. Lo achacó a un dolor de cabeza.

El día y la noche dieron paso al siguiente día y a la siguiente noche. Y esas extrañas vibraciones continuaban, a veces se detenía durante más tiempo, a veces menos, pero siempre podía sentirlo, y empezó a molestarle. Probó con una aspirina, pero no hizo efecto alguno. Probó con otra aspirina, pero tampoco resultó. Así que decidió pedir cita a su médico de cabecera, que le dijo, muy comedido él, que no tenía nada que él pudiese ver, y que fuese al hospital a hacerse pruebas. Por indicación del médico se dirigió hacía el hospital, llegó hasta allí, y entonces...

¡Shhp! El tiempo se paró. Mientras iba de camino las vibraciones eran más constantes, pero al llegar allí, simplemente el tiempo se paró. No lo entendía. De vez en cuando, el tiempo volvía a avanzar, pero solo un segundo, quizás dos. Su mente seguía despierta y, extrañamente, era capaz de mover los ojos. Cada vez sentía más angustia, más nervios, más miedo... Pero algo la sacó del trance. Una ráfaga oscura, entraba y salía del hospital, por puertas, ventanas, paredes y techo. Era lo único que se movía. La ráfaga pasó en una ocasión cerca de ella... en dos ocasiones, en tres, en cuatro, todas las veces a una velocidad endiablada. Y entonces, se paró, se acercó, y fue capaz de verla bien.

Existen multitud de representaciones de la Muerte, a cada cual más extraña, a veces más grotesca, a veces más cándida, y las mejores veces, más cómica. Lo cierto es que, en varias ocasiones, ni siquiera la Muerte es el final de las cosas, y no es tan definitiva como debiera serlo. Pero aquí, en este mundo, resulta ser tan definitiva y real como atemporal.

El aspecto que presentaba aquella antigua ráfaga oscura seguía siendo tan distorsionado como antes, con la salvedad de que no se movía en absoluto. No tenía ojos, pero aún así podía ver a quien tenía delante. Quizás fuera el miedo, o quizás una sensación que venía de la figura que tenía en frente, pero Ainara buscó en todos sus bolsillos algo con lo que, quizás, defenderse. Y encontró la cuchara...

Una cuchara no es un buen instrumento para defenderse, a no ser que la persona sea experta en el manejo de cucharas como arma mortal, pero este no era el caso... Sin embargo, si es bien posible, calificar a la cuchara que Ainara sostenía como "mortal".

La Muerte, en varias ocasiones, usa herramientas para llevar a cabo su segadora tarea. Las más veces es representada usando una guadaña, en otras ocasiones hace uso de una espada, y en un caso en concreto, usa una guitarra eléctrica. Pero sea cual sea su apariencia, nunca es bueno dejarse guiar por ella, porque, incluso algo tan inofensivo como una cuchara, es capaz de sacar el alma de un cuerpo.

Ainara comprendió todo en el inusual instante en el que la representación de la Muerte que tenía delante de ella tocó su cuchara. Supo que la Muerte había sido descuidada, y había dejado caer su herramienta ¿La Muerte descuidada? ¿Cómo es eso posible? Tras preguntarse esto, le asaltó, casi inmediatamente, el siguiente simple pensamiento: "hay quien debería vivir y muere, y hay gente que debería morir y vive. Todos cometemos fallos supongo. Después de todo... ¿Quién puede culpar a nadie de dejar caer algo tan ínfimo e irrisorio como una pequeña cuchara?"

Por fortuna, también había en el mundo gente viva que debería vivir, y gente muerta que debería morir.

La ráfaga oscura desapareció. La cuchara desapareció. El tiempo se reanudó. Todo volvió a moverse. El mundo volvió a girar. Y Ainara volvió a su piso para matar cereales, esperando a que a ella se la comiesen algún día.

lunes, enero 21, 2013

Bi-sexual (Bichusexual)

"La primera vez que te vi en clase, pensé que eras gay, por cómo te estabas tocando el pelo todo el rato"

"Me parece que eres demasiado afeminado"

"Pero... ¿tú no eres gay?"

"Es que pareces andrógino"

"Si no eres gay, entonces por qué sales con tantas lesbianas"

"Ah, ¿no eres gay?"

"Es que por como bailas..."

Y sigue así la cosa... Con la gente diciéndome esto, me parece normal que ya haya ido a más discotecas gays que a cualquier otro tipo de discoteca.

sábado, enero 19, 2013

Sonrisa en la cara.

"Eres un gran hijo de puta"

miércoles, enero 09, 2013

Examen de Internacional.

Es mejor examinar el mundo partiendo desde 0, así, cuando acabes a lo mejor tienes un 4, en vez de un -973.

lunes, enero 07, 2013

Piensa, piensa.

Vamos, Bichu, escribe ¡escribe!

Buff, es que no sé...

¡Ah! Ya está.