lunes, mayo 20, 2013

Origen.

Sueño con persecuciones, policías y disparos, luego el sueño se convierte en sueño erótico... y me despierto.

Y me levanto en la cama con la misma mujer con la que soñé... genial ¿no? Pues no, otro sueño erótico. Y me desperté.

Y en la realidad no había nada erótico. Odio la realidad. No es tan divertida como debería xD

miércoles, mayo 15, 2013

Yaki Oni Giri.

El mundo, parece, gira y girar sin parar. Los muertos no se levantan. Y me quito los pellejos de mis pies. La cerveza corre por mis venas, y el ordenador se refleja en mi ojos. Y escribo sin saber por qué. Porque relaja. Y hablo, y no me contestan, y miento y me toman en serio. La seriedad no es más que otro lastre más. Y recuerdo canciones que me hacen recordar. Y recuerdo cosas que no quiero, pero que quiero recordar, y puedo aunque no deba. Y recuerdo conversaciones sobre los recuerdos. Y en la memoria aparecen cervezas, y las cervezas aparecen frías. Y el frío no es algo que me defina. Y en la definición me bloqueo, y dejo de intentar hilar las ideas, porque las ideas surgen de la cabeza, y la cabeza solo quiere pasar. Y sigues pasando, aunque quiera continuar. Y pasas, y bostezas, y saber que es tiempo de irse a dormir. Porque el sueño es importante, al menos, para recordar que el mundo gira, y todo sigue igual, pero en realidad es distinto. Y borras y reescribes lo borrado. Es distinto, pero es mejor. Recuerdas a los escribidores. Y te preguntas sobre ellos y sobre ti. Y la nariz pica. Y el pezón izquierdo también. Dulce tormenta de ideas, dulce descripción de lo que percibes. Y en la boca el regustillo a cerveza. Y bostezando acabas. Y acabas, y ya.

martes, mayo 14, 2013

Cosas.

La sinceridad es una mierda y está sobrevalorada.

Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad.

Sea por cobardía o sea por intentar hacer algo bueno, muchas veces me parece mejor mentir. Al menos no me siento tan mal.

No me da cargo de conciencia, y la otra persona puede salir mejor parada que con la puta sinceridad; que no sé por qué, pero parece que me sienta peor decirla, porque puede dolerle a los demás. Jode que te engañen, pero no jode tanto si no lo averiguas. "Si lo respetas y lo aprecias debes decirle la verdad"... Polladas, si lo respetas y lo aprecias, intentarás causar el menor daño posible, y punto.

Es cierto que uno siempre quiere saber la verdad, pero vivir en la ignorancia nos hace felices. No tiene por qué ser una ignorancia cultural, social, ni nada grande, solo... pequeñas cosas, pequeñas cosas que es mejor no saber, porque no ganas nada sabiéndolas, y pierdes mucho.

Como todo el mundo, no quiero que me engañen, ni quiero engañar. Ir de frente, es lo que nos enseñan; pero también nos enseñan a no hacer daño a los demás. Cuando las dos cosas entran en conflicto qué ocurre ¿Qué prevalece sobre lo otro?  Cada caso concreto debe ser estudiado, como cuando entran en conflicto dos derechos fundamentales. Todo depende del juez que, en este caso, soy yo, o lo es cada uno con su dilema.

¿Qué pesa más? ¿Qué pesa más?

- Alto ¿A dónde vas?
- A morir en esa horca.

Si ha de doblarse alguna vez la vara de la justicia, más vale que se doble hacia la misericordia que hacia el castigo.

No es justicia de lo que hablaba en principio, era... buenrollismo, pero se supone que la primera debería estar basada en la segunda. A veces uno simplemente quiere ser buena gente, y a veces eso es difícil.

lunes, mayo 06, 2013

Davida contra Golitenia.

ADVERTENCIA: No es un relato bíblico, ni tampoco una canción de música ska.

Existen en esta vida empresas fáciles, empresas difíciles, empresas imposibles, y empresas que caen en bancarrota. La nuestra es una empresa que es fácil de decir, difícil de imaginar, imposible de cumplir, y que rompería una banca si se consiguiese llevar  cabo. Por otro lado, lo único aparte de eso que hay que decir, es que es una empresa absurda, pero dado que el libro de literatura española más leído del mundo se basaba en empresas absurdas, no veo por qué la gente no debería conocer esta historia.

Como la historia más famosa de ese libro, la nuestra trata de vencer a lo imposible. Y ya que estamos con imposibles y difíciles, digamos que nuestro molino gigante es en realidad mucho más pequeño que la persona que trata de vencerlo, y ya que estamos en una época de paridad e igualdad, pongamos que nuestro protagonista análogo al rey y al caballero es una persona de sexo femenino, o sea, una mujer. Una mujer llamada Davida que, por su nombre, se intuye que o sus padres querían un niño, o no tenían ningún gusto eligiendo nombres.

Como prólogo a una historia corta este ya es bastante extenso, de hecho, las historias cortas normalmente no tienen prólogo, no es que no deban, pero si pones a un pequeño relato una introducción, o ya no es tan pequeño, o el relato principal se queda bastante corto.

Nuestra historia comienza con Davida, una persona ocupada, llena de cosas por hacer, llena de cosas por hacer que no hace, y llena de cosas por hacer que no hace pero que acaba haciendo. Davida tenía sus manías, una de ellas era comer. Hay a quien tiene la manía de respirar, la manía de beber, la manía de dormir, o la manía de defecar; a Davida le había tocado en suerte la de comer. Cosa genial, porque le encantaba. Comía y comía a todas horas, y seguía comiendo y comiendo. Una pensaría "¡Joder! ¡Qué gorda!". Pues no, no estaba gorda, y se preguntaba el por qué. Otra persona no se lo preguntaría, ni se preocuparía, o pensaría que tendría un metabolismo asombroso, pero Davida no, así que comenzó a investigar.

En estos tiempo la gente va mucho al médico, todos son unos cagazas. Aunque en realidad, es mucho mejor ir al médico que lo que hace la gente que no va al médico, que es mirar en Internet. Internet es un lugar mágico, lleno de alegrías, tristezas, ira, pena, y personas que no saben heskrivir, pero lo que más tiene Internet, al margen de gatos, porno y versiones en todos los instrumentos habidos y por haber de las músicas del Mario y el Zelda, es información. Puede haber información óptima, buena, regular, mala, horrible o de Yahoo! Respuestas. Davida llegó a una información que pudo calificar de "pasable", y dicha información decía que lo que lo que le pasaba era que tenía una tenia en el cuerpo.

Según rezaban las informaciones que había leído, había algunos métodos para librarse de la tenia, que teóricamente es un parásito que se aloja en el intestino y se "come" todo lo que tú has comido. No suena tan mal, pero en realidad es malo o, cuanto menos, desagradable, imagina que en lugar de en tu intestino, tienes a ese gusano que mide de dos a diez metros en el sobaco, chupándote continuamente los pelillos... lo que yo decía, desagradable.

Davida, que era una persona bastante resolutiva con sus acciones, decidió que ella misma "combatiría al mal que se había aposentado en su cuerpo con sus propias armas". Pero Davida solo tenía una cualidad especial, que podía llamar "arma", y eso era comer. De tal modo que decidió comer más y más y más, hasta que la tenia muriese por gorda. Cualquier médico, enfermero, auxiliar de enfermería, farmacéutico, veterinario, herbólogo, pato con cofia u homeópata le hubiesen dicho que eso era una insensatez (o le hubiese dicho que "cuak", pero tenía el mismo significado que los demás), pero Davida tenía la determinación de conseguir eliminar al intruso por sus medios.

Así que Davidad comió, y comió, y comió, y comió, se gastó todo su dinero, el de sus padres, el de sus amigos, y el de los vagabundos a los que le robaba por la calle. Pasaron meses, y un día, mientras comía un sándwich que contenía todos los tipos de carne, salsa y cartón que se podía albergar entre dos panes, pensó que ya era suficiente. Había aguantado, lo había intentado, y había fracasado, tímidamente pensó que hizo todo lo humanamente posible, que podía estar orgullosa, pero no lo creía realmente; de modo que fue a pesarse una última vez antes de ir al médico. Llegó a la báscula y se puso encima, seguía estando en esos horribles y  livianos 368 kilos...

Lo que ocurrió después no es historia nueva. Simplemente quedaos con la idea de que Davida tenía el sentido de la gordura un poco distorsionado, que cuando le dijo el médico que no tenía ningún parásito se sintió feliz y volvió a comer de forma normal (aunque sin bajar nunca de los 300), y que la comida le daba vida al igual que a los demás se la da el respirar, el beber, el dormir y, en definitiva, el hacer lo que les gusta. Davida había luchado contra la tenia y había sobrevivido, y por supuesto, consiguió romper la banca de espera de la consulta del médico.

No había nada imposible para esa mujer... ni lo habría mientras siguiese haciendo lo que más le gusta: Comer