martes, diciembre 18, 2007

Aventura en el Reino Con Nombre (V2).

Yendo hacia el nuevo destino que les aguardaba, misteriosamente reapareció de nuevo el Señor Marrón Diarreico Aguado y se puso a hablar, por suerte el misterioso ayudador que les ayudó a salvar la vida antes les había regalado una pantalla protectora antisonidos del Señor Marrón Diarreico Aguado, así que iban un poco más felices, pero... por desgracia, este consiguió romper la barrera y empezaron nuestro a grupo a escucharle, suerte que por allí apareció el Señor Dorado y borró al Señor Marrón Diarreico Aguado definitivamente del mundo.

Llegaron a un castillo, donde probablemente estaba encerrada la Señora Aquamarino...

Después de soltear numerosas trampas gracias a las habilidades de nuestro curioso grupo (especial atención merece la del Señor Lila, que gracias a su habilidad pudieron derrotar a 96 guardias con total y absoluto sigilo, gracias a que intentaban comérselo al verlo y siempre se atragantaban uno tras otros, qué le vamos a hacer, la I.A. de la máquina no es buena) (pedazo de paréntesis el anterior ¿no?) llegaron a la habitación donde estaba encerrada la Señora Aquamarino, entraron y...

- ¡Oh! Habéis venido a rescatarme. - Dijo con tono y cara de felicidad.
- Sí, eso parece. - Contestó el Señor Amarillo.
- ¿Dónde está el Señor Transparente? - Preguntó dudosa la Señora Aquamarino.
- Pues... no lo sé. - Respondió cualquier Señor o Señora de color de la habitación (tampoco importa mucho eso).
- ¡¿Lo han secuestrado?! - Gritó la pregunta la Señora Aquamarino y se desmayó.
- Bueno, ¿quién la carga a cuestas? - Preguntó cualquiera.
- Yo no. - Respondieron todos.

Horas más tarde la Señora Aquamarino se despertó y vio a todos en corro gritando.

- ¡Piedra, papel, tijeras! ¡Mierda! Venga, al mejor de 65.
- Vale.

Tras estos sucesos sin importancia alguna (por cierto, al final le hubiese tocado cargarla al Señor Rojo tras deducir que toda la culpa la tenía él "¿De quién es la culpa? Del Señor Rojo, eso siempre") selieron del castillo en busca del Señor Transparente, que no lo habían secuestrado, pero se había vuelto malo y se había convertido en el Señor Opaco y ahora era el siguiente malo de la historia y estaba en otro continente. El grupo tendrá ahora que conseguir una barca voladora si quieren salvarle.

- ¿Queremos salvarle? - Preguntó el Señor Amarillo (que se ha convertido en el relativista de la historia).
- Claro, hay que salvar a todos, a no ser que seas tú Señor Amarillo. - respondió con tono de superioridad la Señora Blanco Nieve.

Y de momento guardamos la partida.

lunes, diciembre 17, 2007

Todo el mundo sabe que la falta de helado hace que pienses en ellos.

Ojalá me gustase el helado de chocolate para que en las tiendas hubiese helado de frambuesa.

sábado, diciembre 15, 2007

Demasiado Buscaminas produce sueños extraños y...

Si existiese un torneo mundial de Buscaminas, creo que como persona resultaría más patético ganarlo que perderlo.