- A ver, Mady sabe que está en el centro de la Tierra. – dice Mary.
- Ok, pero... ¿cómo sale Danny del infierno? – pregunta Django.
- Bah, no hay problema, salgo por la puerta. – contesta Danny.
- ¿Te dejan salir del infierno así como así? Pa – pregunta ahora Ernespa.
- Sí, este infierno es como el de Mortal Kombat, hay trenes de salida cada cinco minutos. - responde Danny.
- Oh, pues todo solucionado ¿Cómo llegamos hasta allí? – pregunta Bull.
- Ña, sólo tenemos que coger el tren Infierno-Centro de la Tierra. – dice Gluglupita.
- Aunque realmente no nos deja en el centro, centro, luego hay que caminar un trecho a pie. – comenta Arkito.
- Pero no es muy largo. – termina Mary.
- Oh, muy bien, entonces es fácil. – dice asintiendo Pako. – Pero... ¿siempre tenéis que acabaros las frases las unas a las otras?
- Ña, sí. – contesta Gluglupita.
- No hay ninguna... – sigue Mary.
- ... Razón especial. – acaba Arkito.
- Ok. – concluye Pako.
El grupo ahora ya más abultado que la lista de carbón de Papa Noel cogen el tren que parte del infierno hacia el centro de la Tierra. Una vez llegaron al punto más cercano posible de su destino bajaron del tren llamado Ixion Ressha (que también podía viajar en el tiempo, pero que no era necesario ahora mismo).
Al bajar, avanzaron un poco, todo el ambiente era lúgubre y rocoso con un rojo magmático envolviéndolo todo. Pronto llegaron a una encrucijada, que se dividía en seis caminos.
- Vaya, una encrucijada, ¿qué camino tomamos Fred? – pregunta Pako.
- ¡Dividámonos muchachos!
- Bah, tú siempre dices lo mismo, deberíamos consultar a un experto en el tema, ¿dónde se ha metido Don Kijote? - pregunta Pako.
- Don Quijote nunca ha estado con nosotros. – contesta Fred.
- Oh, es cierto. – recuerda Pako. – Un momento... tu tampoco Fred.
- Oh, mierda, es cierto. – recapacita Fred y entonces se desintegra.
- Vaya, que raro. Bueno, a lo nuestro, ¿nos dividimos no? – pregunta Pako a los demás y estos asienten.
- Yo creo que no deberíamos hacerlo. – dice Alkin apareciendo de repente de entre las sombras.
- ¿Quién te ha preguntado? – pregunta Pako retóricamente.
Sin hacer mucho caso a Alkin, se dividen en grupos, que quedan de la siguiente forma:
Django y gallino.
Taoyi y Arkito.
Bull y Pako.
Mary y Danny.
Gluglupita y Ernespa.
Alkin y narrador (yo).
Una vez divididos, cada uno tomó su propio camino.
Camino de Django y el gallino:
Ambos iban caminando juntos, Django miraba de reojo al gallino con una gota de sudor cayéndole por la mejilla, tenía miedo de que hablase y no pudiera entenderle, entonces el gallino un tanto alarmado dijo:
- Coooco coo, coooco, cococooooooo.
- ¡¿Qué?! ¿No puedes hablar normal? – pregunta Django frustrado.
- Coooo, coooooooooooooc, cococooo, co. – responde el gallino.
- Amos, no me jodas, eso no me justifica nada, habla normal. – dice ya con un atisbo de cabreo Django.
- Cooooo, coooocococooco, cococ coooo cocooooooooooo. – intenta explicar el gallino.
- Vale, se acabó, deja de hablarme. – reniega Django.
- Cooo... – dice cabizbajo el gallino y entonces aprieta a correr.
Django, sin saber muy bien porque corría el gallino, lo persigue a toda velocidad...
Camino de Mary y Danny:
Danny y Mary iban caminando juntos, de pronto, Danny se percató de algo...
- Ahí va, si tienes una cola de mono, igual que el zanahoria. - dice Danny.
- Pues, claro ¿Por qué no iba a tenerla? Mady siempre la tiene. - responde Mary.
- Y yo que pensaba que había encontrado a alguien normal, completamente humano me refiero. - continúa Danny.
- No vivirás para ver eso - digo yo.
- Sip, no caerá esa breva - dice Mary.
- ¿Qué es una breva? - pregunta Danny.
- Ni idea, creo que solo vale para esa expresión - responde Mary.
Luego llegaron a una puerta en la que había un cartel que ponía “BADULAQUE, No pasar”.
- Oye, no podemos pasar. - dice Danny.
- ¿Por? - pregunta Mary.
- Hay cartel que pone "prohibido el paso".
- Oh, es verdad, no podemos pasar. – contesta Mary y se pone en postura de pensar... al poco rato arranca el cartel. - Bueno, creo que ya podemos - dice con felicidad Mary.
Entonces Mary y Danny entran en la sala...
Camino de Bull y Pako:
Bull y Pako iban paseando pensando cada uno en sus cosas.
- Mmm, que mal, si yo estoy, ella no está, si ella está, yo no estoy. – piensa para sí mismo Bull.
- Joder, pos que putada para jugar al escondite ¿no? – piensa Pako.
- La verdad es que sí. – piensa Bull. - ... Un momento, ¿tienes telepatía?
- No, ¿cómo quieres que tenga eso? – piensa Pako. - ¿No la tendrás tú?
- Sí, pero yo soy un sabio y es normal que la tenga, pero tú por qué sabes lo que pienso. – pregunta pensando Bull.
- Te repito que la peonza la tienes tú. – piensa Pako.
- ¿En qué coño estás pensando Pako? – pregunta en alto Bull.
- ¿Eh? ¿Yo? Rememoraba mi infancia, cuando un amigo tenía una peonza que tenía lucecitas. – contesta Pako.
- Uff, menos mal, ya pensaba yo que este tío podía leerme la mente. – piensa aliviado Bull.
- ¿Quién te ha dicho que no puedo? – piensa Pako.
Después de esa pensamental conversación, Pako intentó usar el sencillo transportador de materia telepático-mental de bolsillo.
- Oye, ¿podemos usarlo ahora? – pregunta Bull.
- Sí, claro. – respondo yo.
- Oh, bien. – dice alegremente Pako y usa el sencillo transportador de materia telepático-mental de bolsillo para ir hacia donde está el badulaque...
Camino de Arkito y Taoyi:
Arkito y Taoyi caminaban a la velocidad del tocino, aunque ello les permitió conocerse un poco mejor. Después de unas cuantas bifurcaciones innecesarias producidas por cierto gorogoro llegaron a... el pueblo de Tanarifa.
- ¡Coño! ¿Cómo hemos acabado aquí? – pregunta sorprendida Arkito.
- Mmm, creo que sé que porque... – respondo pensativo Taoyi.
Camino de Gluglupita y Ernespa:
Gluglupita y Ernespa iban alegremente platicando entre ellos, cuando llegaron a una puerta, en ella había un cartel que ponía “BADULAQUE, No pasar”.
- Ña, mira, hemos encontrado el primer badulaque de la historia. – dice felizmente Gluglupita.
- Sip, pero no podemos pasar, mira el cartel. Pa – dice señalando el cartel Ernespa.
- Ña, que pena. – responde apenada Gluglupita
Los dos se quedaron allí durante un buen rato y un poco más tarde siguieron su camino sin pasar por la puerta.
Camino de Alkin y el narrador:
Iba Alkin caminando tranquilamente por su camino, pero constantemente seguido por mí. Llegamos a un camino que se dividía en dos.
- ¿Por dónde? ¿Izquierda o derecha? – pregunta dudoso Alkin.
- Izquierda. – le respondo.
- ¿Seguro? – pregunta dubitativo.
- Soy el narrador tío, claro que estoy seguro. – le respondo con seguridad.
- Está bien.
Entonces Alkin sigue avanzando y cae en un pozo de brea, sale cubierto de la pringosa sustancia y dice con cara de cabreo.
- Cabrón. – pronuncia con la voz en grito.
- Claro, ¿para qué me haces caso? – digo burlándome.
- ¿Por qué lo has hecho? – me pregunta disgustado.
- Porque si no, la historia no tiene gracia.
- ¡Qué te den! No pienso volver a hacerte caso. – dice renegado Alkin.
- ¿Sabes qué no vas a llegar a donde hay que ir si no me da la gana? – digo con tono de sabiondo.
- ¡Mierda! – dice resignado Alkin, en ese momento ve unas figuras que se paran delante de ellos y al verlos echan a correr. - Oye, ¿no son esos Django y el gallino? .
Tiempo después, más que menos, todos llegaron a la sala donde estaba el Badulaque.
Ranking:
Taoyi y Arkito: 14 minutos.
Pako y Bull: 16 minutos.
Mary y Danny: 1 hora y 1 minuto
Gallino y Django: 1 hora y 27 minutos.
Alkin y yo: 1 hora y 32 minutos.
Gluglupita y Ernespa: 2 horas y 24 minutos.
Una vez todos reunidos, avanzaron un poco por la sala, y vieron un ordenador gigante, encima de él había una placa que ponía:
B.asto
A.rtefacto
D.e
U.n
L.oco
A.dinerado
Q.ue
U.tiliza
E.lectricidad
- Ohhhhhh. – dicen todos al unísono al leer lo que ponía en la placa.
- ¿Eso no es el Windows? – pregunta Taoyi al aire.