martes, enero 08, 2008

De lo que un extraño tipo un día empezó a contar...

Y los muchachos todos se acercaron a aquél extraño tipo que silbaba en medio de la noche, haciendo un círculo en derredor de él y, como no manda la tradición, se sentó el tipo en medio del suelo, tenía los pies mugrientos acompañados por unas chanclas que le quedaban pequeñas, una camisa atada a la cintura y un cascabel que sonaba cuando se meneaba, hablaba con una voz no muy definible, grave, a veces con tonos agudos según la palabra que decía.

El caso es que el extraño tipo silbador empezó a hablar, llevaba ya tiempo esperando poder contar una historia a gente que mínimamente le escuchase, para así dejar de oír lo que él consideraba el murmullo del eco de un susurro de una voz perdida, que no era otra que las gentes hablando de sus temas cotidianos, casi banales, pero al fin y al cabo temas de los que se habla y con los que uno se entretiene. El extraño tipo comenzó a contar su historia... habló sobre su infancia, tiempos en lo que su mayor preocupación podía ser no perderse una película de por la noche en Antena3, contó sus vivencias del colegio, su paso por el instituto, su vida pre y post adolescente y las cosas sobre las que pensaba en aquellos tiempo, cuando hubo de ir a contar su etapa universitaria y laboral...

Uno de los allí presentes le interrumpió, quizás porque la historia de un tipo extraño no le interesaba, pero la cosa es que aquél muchacho se despidió de él, le dijo "Encantado de conocerle, me ha gustado mucho su historia, pero no puedo seguir escuchándola, pues tengo que continuar la mía donde usted dejó la suya". El extraño tipo le contestó "Me parece muy bien, sin embargo, no tienes por qué no saber mi historia, cuando la tuya he de suponer que será distinta" El muchacho le miró, se quedó pensativo, frotó un objeto de plástico azul que llevaba en su bolsillo y finalmente le replicó "Ciertamente la mía será distinta, pero eso ocurrirá tanto si escucho la suya como si no lo hago, puede que usted se quedase a escucharla, pero yo prefiero no hacerlo, al cabo y al fin, las cosas no se repiten". El muchacho tras esto se fue dando brincos, el extraño tipo vio como se alejaba, como se paró, silbó un momento y siguió su camino, y continuó su historia el extraño tipo para los allí presentes, una historia que yo realmente no sé cual es, pero supongo que la mía no será.

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