martes, octubre 30, 2007

Aventura en el Reino Onier.

Tras otro curioso golpe de Estado, el Reino volvió a cambiar de nombre.

Tras que nuestro grupo decidiera ir en busca de la Señora Acuamarino y avanzar un poco, fueron atacados por unos monstruos hechos con latas llamados... "Golems de lata". No perderé el tiempo en explicar la bochornosa derrota de los golems, sólo diré que intentar atacar a gente que poseía un abrelatas es una chorrada.

Después de la victoria, la Señora Celeste vio algo que le aterrorizó, encima del Señor Lila (que era el que tenía el abrelatas y el que había vencido a los golems) apareció una brillante luz y se escuchó "Level Up". Solo la Señora Celeste vio esto, al parecer tenía la capacidad de ver todo como si de un juego de rol se tratase, hecho que les vino muy bien porque apretando un "Select" imaginario por sugerencia del Señor Amarillo pudo ver en su cabeza un mapa del Reino y un castillo señalado con un punto rojo... tras varias deducciones comprendieron que allí estaba el sitio a donde tenían que ir.

Una vez llegaron al pueblo, casualmente se estaba celebrando una feria, cuando iban a entrar unos guardias les pararon y les preguntaron de donde venían.
- Venimos de más allá de las montañas que se encuentran a lo lejos al este. - respondió con una audaz mentira el Señor Lila.
- ¿Y exactamente por qué venís por del oeste? - preguntó con un tono de intriga y sarcasmo el guardia.
- ¡Mierda! La orientación no es lo tuyo ¿verdad? Señor Lila. - dijo irritada la Señora Fucisa. - Mire, le voy a contar la verdad, realmente venimos de otro universo donde no nos tenemos que llamar por colores y donde el sol calienta y donde las rocas no saben a algodón de azúcar.
- Ja, ja, ja. - rio el guardia y se apartó. - Pasad, pasad, debéis de ser lo humoristas de la feria.

Todos se quedaron un poco extraños, pero contentos de que pudiesen pasar. Sin embargo venido de algún sitio, apareció el Señor Marrón Diarreico Aguado y les dijo a los guardias.

- Oh, vuesas mercedes nuestros grandes guardias de la ciudadela, me haríais tal honra de decirme dónde estámos para poder ubicarme en situación de para mi propio interés y en pues beneficio de nosotros todos los presentes de este maravillosado lugar.

Al oir esto los guardias se cabrearon y le arrestaron, podrían haberle detenido solo a él, pero su pico de oro dijo que nuestro grupo de amigos iba con él, así que todos acabaron arrestados y sentenciados a pena de muerte.

Después de unos detalles sin importancia, como el reaparecimiento de la Señora Escarlata y que esta hiciese creer a los jueces que ella era Dios y conseguir que si ganaban un juego los dejarían libre, estaban todos en el gran corcurso de aquel pueblo, el concurso de tirarse pedos que ni se huelan ni se oigan.

Uno a uno, todos nuestros amigos fueron intentando hacerlo sin hacer ruido y sin que oliese, pero era imposible, la Señora Blanco Nieve, viendo que era la última dijo que se había tirado uno y que este ni olía ni sonaba, cosa que no era cierta, pero se descubrió gracias al pedómetro que eso era mentira. Ya nada había que hacer, todos morirían, pero alguien escapuchado apareció por allí y dijo que quería participar para intentar liberarles.

- Tú no eres de su grupo, no puedes jugar por ellos. - dijo el juez del concurso.
- ¿Y cómo puedo hacerme de su grupo? - preguntó el misterioso hombre.
- Hazte su amigo. - contestó el juez.
- Vale. - dijo resuelto el hombre y, dirigiendose a todos les dijo - ¿Queréis ser mis amigos?
- Sí - dijeron a la vez a Señora Fucsia y el Señor Transparente con cara sonriente.
- ¿Eso vale? - preguntó el hombre.
- Supongo que sí, pero si fallas morirás con ellos. - dijo sentencialmente el juez.
- ¡Qué se le vamos a hacer! De acuerdo. - contestó feliz el encapuchado.

Todos pendientes de este hombre vieron como se subía a la plataforma de juego, se concentró y tuvo una cara de esfuerzo de cuatro segundos, tras los cual pareció aliviado y prenunció las palabras "¡Eah! Ya". Todos miraron el pedómetro...¡increíble! ¡563 decapedos! Ese hombre acababa de superar la marca mundial en las tres modalidades de juego que había.

Los dejaron libres a nuestros amigos, el misterioso hombre se fue diciendo solo una cosa "No soy nadie asombroso, pero tengo el poder (más bien el pedor) de tirarme pedos que ni huelan ni suenan pero que deberían hacerlo. Si queréis encontrar a vuestra amiga solo tenéis que confiar en vuestras habilidades, como yo he hecho con la mía". Nuestros amigos entonces intentaron sacar sus habilidades ocultas: la Señora Fucsia descubrió que cualquier foto que se saque en un kilómetro a la redonda de ella hace que ésta esté en primer plano, el Señor Lila descubrió su habilidad de transformarse en un caracol disecado con calabaza por cascarón y por su parte el Señor Transparente había desarrollado la habilidad de poder hablar indefinidamente sin necesidad de respirar.

Ya todos con sus poderes ya sabidos, y tras la reincorporación de la Señora Escarlata y la nueva muerte temporal del Señor Marrón Diarreico Aguado, se dispusieron a ir al siguiente punto rojo del mapa.

2 comentarios:

Shakeb dijo...

"el Señor Lila descubrió su habilidad de transformarse en un caracol disecado con calabaza por cascarón".

O.o

xDDD eso quiero verlo

Anónimo dijo...

"la Señora Fucsia descubrió que cualquier foto que se saque en un kilómetro a la redonda de ella hace que ésta esté en primer plano"


xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD!!!

te juro que me e muerto al leer esto! xDDD

de que se supone que sirve mi habilidad? xD