miércoles, agosto 15, 2007

Aventura en el Reino 4.

Año 2057.

Después de que hace 45 años alguien consiguiese por fin una máquina impulsado por energía de improbabilidad infinita, hasta entonces solo ideada en la mente de el señor D.A., y de que al tiempo se descubriese su ampliación que consiste en que no solo atraviesa todos los lugares de todos los universos posibles, sino también de todos los momentos posibles, de tal modo que podía uno acabar en cualquier lugar en cualquier momento. Bueno, pues después de eso, al usar la máquina, casualmente, y con total improbabilidad un grupo de jóvenes pacenses de 5 años en el pasado acabaron 50 años en un futuro extraño con ligeras variaciones en sus cuerpos.

Un montón de jóvenes fueron transportados, sin embargo, pocos permanecieron juntos. Aunque hubo varias agrupaciones, nos centraremos en una, una de nueve personas...

Año 2007 Verano.

Cada uno de los nueve jóvenes estaba en su casa. Sin embargo al tiempo desaparecieron. No sé sabe que pasó luego en el tiempo que dejaron.

Año 2057 Veravierno.

Aparecieron los nueve, y se reconocieron algunos. Sorpresivamente, no podían decir los nombres ellos, siempre que lo intentaban hacer soltaban un color. Así pues, estaban reunidos: Señora Acuamarino, Señora Blanco Nieve, Señora Fucsia, Señora Verde, Señora Escarlata, Señor Lila, Señor Marrón Diarreico Aguado, Señor Amarillo y Señor Transparente.

Después de comprobar que por alguna razón hacía más calor si estaban en la sombra, se pusieron en un claro a hablar entre ellos y a recolectar sus impresiones.

- Bueno, a ver, la pregunta es simple... ¡¿Qué coño ha pasado?! - preguntó el Señor Amarillo.
- Ni zorra. - respondió la Señora Blanco Nieve.
- Mi persona ha llegado a la clara conclusión de que no sé la razón por la cual estamos estamos aquí. - contestó el Señor Marrón Diarreico Aguado.

El Señor Transparente, que tenía madera de líder, tomó más o menos el mando del grupo y propuso empezar a investigar un poco el lugar y conseguir armas, pues según palabras textuales suyas "A ver si tenemos que luchar contra un ejército de zombis y no tenemos con que protegernos".

Comenzaron a caminar por aquel extraño lugar lleno de curiosas cosas (que no describiré ahora por vagancia). Aunque pasaré a comentar más o menos unas más que raras aves que sobrevolaban la zona, eran rojos con escamas y se movían como si nadasen, aparte de no tener ojos. Nuestro grupo los vio gracias a la tendencia de la Señora Verde de estar en las nubes. Los peces del cielo (que era como realmente se llamaban aquellas criaturas) bajaron en picado hacia nuestros jóvenes espaciotemporales y los atacaron.

- No son zombis, pero por algo se empieza. - Comentó el Señor Transparente mientras se acercaban a gran velocidad.
- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! - La Señora Acuamarino lanzó un grito ensordecedor.

En ese instante los peces del aire se abalanzaron sobre ella y la atraparon con sus garras.

- Señora Acuamarino. - Dijo la Señora Escarlata mientras se llevaban a esta volando.

Poco tiempo pudieron lamentarse, pues otro grupo de estos seres iban directos hacia la Señora Verde. Justo cuando estaban a punto de atraparla la Señora Verde se miniaturizó y se volvió del tamaño de un dedo anular, con lo que pudo sortear el ataque. Aunque asombrado, el Señor Lila reaccionó rápidamente y cogió a la Señora Verde.

Un extraño rayo cruzó el cielo en ese instante y dejó caer unas patas de gato y un bote de mantequilla. Sin saber por qué, el Señor Amarillo las cogió al vuelo e inmediatamente después untó a un pez del cielo con mantequilla y le puso las patas de gato por el otro lado, en ese momento el extraño ser se quedó flotando dando vueltas sobre sí mismo de forma ilimitada. El resto de los atacantes huyeron ante tal muestra de extraños poderes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una buena idea para mi maquina de movimiento perpetuo, gracias.