lunes, mayo 12, 2014

Concepto.

"No estás enamorado de una mujer, estás enamorado del concepto de la mujer". Es una frase que algunos de mis amigos me han oído (que no escuchado, supongo) repetir unas cuantas veces. La frase, o una frase similar, la leí hace unos cuantos años en el libro Niebla, de Unamuno.

Siento que hay veces que me encuentro metido dentro de esa frase. Quizás porque cuando la leí por primera vez me encontraba dentro de esa frase, y por eso acabó guardada en mi cabeza. Es una especie de estado donde se cree que casi cualquier mujer cercana a ti, es merecedora de tu cariño, porque alguien ha aparecido que parece profesártelo a ti.

Aparece, si no me equivoco, en momentos de felicidad o buenrollismo con uno mismo, y desaparece al cabo de un tiempo, cuando la realidad te golpea y te hace ver que la vida no es tan bonita como parece o, por el contrario, te hace ver que la vida es más bonita de lo que parece (aunque la realidad no suele ser tan generosa), o que al menos podría serlo si te esforzaras un poco.

Este estado de enamoramiento general es motivado cuando de repente, y sin previo aviso, aparecen o reaparecen personas de sexo femenino que antes no estaban ahí, y que están luchando, sin saberlo ellas (probablemente porque en realidad no lo hacen), por establecerse dentro de tu mente en un bonito lugar. No es en absoluto parecido a una sensación de orgullo o victoria impulsado por el creerse dentro de un harem, ni tampoco por la falsa premisa de que hembras estén luchando por tu conquista. Por el contrario, es una sensación de amor al mundo y a sus personas, como si estuviese sacado de un libro de religión católica de cuarto de primaria.

Desgraciadamente, tanto la frase, como el libro, así como el libro de religión de cuarto de primaria, no son más que un producto literario, los cuales, igual que el sentimiento que nace de ellos, te abordan durante un tiempo pero, como he dicho, se deshace cuando el universo decide que esa verdad que conoces no es la correcta y, en consecuencia, te manda señales poco sutiles de que tu fantasioso sentimiento de amor a todas y a todos debe terminar. Y así lo hace, de una manera o de otra, aunque siempre algo perdura o se extrae de cada uno de estos episodios.

Por fortuna, al igual que las crisis económicas, los estados del bienestar, las guerras y las modas, este sentimiento es cíclico, y reaparece en un momento oportuno de la vida; aunque normalmente se considera oportuno simplemente porque lo estás viviendo.

No hay comentarios: