jueves, octubre 25, 2012

La gente normal se podría morir.

Y se besaron. Ahí, en medio de todo el gentío. La gente al verlo vomitaba, huía, gritaba, y algún iracundo incluso les lanzó una piedra. Pero ahí seguían, parados en medio de la plaza. Un hombre y una mujer, los dos jóvenes, aunque daría igual que fueran viejos; los dos atractivos, aunque hubiese dado igual que fueran feos. No eran perfectos, claro, pero lo parecían ¡Qué asco daban!

Cada uno pertenecía a una familia, algo así como los Capulotas y los Montasca ¿Era ese el motivo de tanta mirada de soslayo y tantísimas miradas de asombro, sorpresa e indignación? No, tampoco.

Pasa que a veces, el universo juega a confundir la realidad con posibilidad, y la posibilidad con la imposibilidad, y es en uno de estos arrebatos cósmicos cuando, en un punto de todo lo que existe y no existe, algo se desvía. Ellos no se habían desviado, ¿o eran simplemente desviados?

Sucede que tanta irrealidad e ignorancia a la Eternidad le molesta, y crea, para dar ejemplo, uno de estos relatos en forma de realidad, realidad distinta a la nuestra.

Sucede que me canso de ser ¡Coño!

Y ahí es donde aparecen los mundos donde todas mujeres se van con las mujeres, y todos los hombres se van con los hombres (lo hermafroditas son eliminados al nacer). La mujer se casa con la mujer, folla con la mujer, y tiene hijos con la mujer. El hombre se casa con el hombre, folla con el hombre, y tiene hijos con el hombre (el dios de la fertilidad se llama Schwarzenegger). Los dos sexos solo se relacionan para trabajar, para trabar amistad y para alcoholizarse, nunca para amarse, y mucho menos para follarse.

Pero hete aquí que surge una anomalía en la anomalía espacial, y un hombre y una mujer se paran en una calle para besarse y quererse ¿Anomalía? ¿Pues esto no era natural? ¿Natural? ¿O social? ¿Anomalías? Aquí no.

Y ¡pum!, todo a la mierda. Como cuando en la realidad alternativa de negros semitas los caucásicos cristianos rompieron sus cadenas y exigieron igualdad. O como cuando en el universos de payasos un mimo se hizo rey.

La nueva realidad se deshace, ya ha muerto la incongruencia, pues ha dejado de ser tal. El que tira la piedra al hombre y a la mujer de repente le tira la piedra a dos mujeres, de repente está casada con un hombre, y se lo folla (y por qué no, también se folla a su hermano), y ha tenido dos hijos que follarán con sendas mujeres.

Nadie recuerda, quizás porque nunca llegó a ocurrir, que hace cinco segundos, lo normal eran ellas dos, y lo anormal eran ellos. Y tiraban piedras contra su normalidad.

Conclusión: respeta todos los universos, incluido el de payasos.

2 comentarios:

Pablo Herrera dijo...

Eres tan grande Bichu, tan grande.

Anónimo dijo...

No lo entiendo, y eso me gusta. xD

Guapo.