martes, abril 01, 2014

Cálida.

Él estaba suspendido por encima de ella, alargando su mano y su brazo todo lo que podía. Ella ya se había dado cuenta hace tiempo que nunca llegaría a cogerla de nueva. Y mientras el fuego entraba en la pequeña estancia, ella susurró "Voy a tener un hijo", y añadió, levantando la mirada y el tono, hacia el muchacho "¿verdad?". Ni un segundo pasó cuando él ya había respondido con una sonrisa y una voz resuelta "Claro que sí". Y poco más de un segundo pasó cuando el fuego devoró la habitación.

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