jueves, abril 22, 2010

Bum.

Hoy he matado una avispa al despertarme. Zumbaba mucho, he esperado a que se estuviese quieta y la he aplastado usando el edredón para no mancharme las manos. Aún no he encontrado el cadáver del bicho.

He estado pensando, en ese momento matar a la avispa no me ha supuesto ningún problema, y desde luego no me corroe la conciencia. Ayer vi un pájaro muerto, le faltaba una pata, últimamente veo muchos pájaros muertos, me dan algo de pena, pena que desaparece en cuanto avanzo dos metros más allá del cuerpecito.

No sé por qué, la gente tiende a enfadarse más cuando pierde su equipo de fútbol que cuando mueren miles de personas en una catástrofe o cuando en las noticias sale algún asesinato. "¡Qué pena!", "¡Qué hijo de puta!", son las frases que se sueltan, a lo largo del día quizás lo recuerden delante de otras personas y repitan esas mismas frases, y quizás a lo largo de la semana también. Se siente más pasión por el hecho de que el equipo con el que uno se identifica pierda o gane, que por cosas por las que se supone que deberíamos estar a flor de piel. La gente se acostumbra a esas cosas, es más fácil así, yo estoy acostumbrado, aunque al menos no me identifico con un equipo de fútbol o con un país. A lo mejor algún día dejo de identificarme con la raza humana, si se puede dejar de ser canario, español, europeo o terráqueo, por qué no dejar de considerarse humano y considerarse ser vivo. Es demasiado complicado. Quizás algún día me produzca auténtica lástima el matar a una avispa o el pisar a una hormiga.

Entiendo por qué la gente se aferra a cosas, es seguro estar en un grupo, es seguro sentirse integrado, adaptarse, seguir la corriente, y creerte de verdad las cosas que quieres creer. Aunque quizás las cosas que ahora creo las creo porque así lo quiero. Lo que no entiendo es que parezca que haya tanta gente que no se haya planteado nunca estas cosas, que la identificación con un equipo, con un grupo, con una ciudad, una provincia o un país son solo espesas nubes de humo, y que no hay nada detrás de ellas; por ese mismo motivo pienso que soy mejor que la mayoría de las personas, y cuando tengo en mente que no debería pensar así, algo en mi cabeza me dice que ése es la razón por la que me creo así, y que por ese motivo, estoy por encima.

Demasiadas cosas son mentira; más bien, yo las veo como mentira, las personas desde dentro las verán como verdades inmutables, "¿Cómo no voy a sentirme español si he nacido en España? ¡No tienes espíritu nacional!", algo así me imagino que le dirían a alguien como yo si les plantease esta cuestión.

Ahora bien, el mundo es bonito y feo, minutos después de que un tío quiera pegar a otro por el simple hecho de ser extranjero, puede aparecer otro y abrazarse a un árbol porque así se siente mejor. Estúpido y estupendo género humano. No pienso que todo sea mierda, aunque sí una gran parte del mundo, ¿es un ciego quién solo quiere ver la parte bonita de la realidad?, puede que así sea, o quizás sea un optimista exacerbado, alguien que ha tenido la suerte de solo ver la cara amable del mundo, pero si es así, es que realmente hay una cara amable, aunque esté rodeada de mierda.

Me ha sobrevenido un ataque de ira irracional hacia el mundo, hacia la gente; pero sé bastante bien que no me ha venido un ataque hacia mí, probablemente porque sé que no he hecho nada, y también sé que soy demasiado lógico como para pensar durante mucho tiempo que la Tierra y su población se merece mi ira o la ira de cualquiera. No sé por que me he enfadado, a veces pasa ¿no? Aunque suele tener una explicación, solo que quizás aún no la he descubierto. A lo mejor es que me siento un poco solo, más bien un poco incomprendido, concretamente incomprendido porque ahora mismo no tengo nadie con quien me interese hablar. Vaya mierda.

Pienso en lo mal que va el mundo cuando me va mal a mí, claro que normalmente la gente no acostumbra a pensar lo mal que va el mundo cuando les van bien las cosas, es estúpido pensar en cagar cuando estás comiendo. Es duro sentirse solo, no tener un pilar donde apoyarte, o tener uno demasiado flojo, o no recordar que realmente tienes algunos. Por eso incansablemente se buscan más y más apoyos, y siempre más fuertes, a los que agarrarte con más facilidad. Todos los buscamos, y los encontramos, y cuando uno de ellos se quiebra... ¡pum! Duele, duele más de lo que podría parecerle a alguien, curiosamente a veces un pilar que parece fuerte y se derrumba te duele menos de lo que debería, porque en realidad era demasiado débil, o porque ya habías presagiado su caída.

Lo raro (aunque no tanto) y estúpido son apoyos que encuentra la gente, un equipo, un país, una religión... Cuando más gente haya dentro del mismo grupo mejor, más fuerte será, más protegido te creerás, y más te negarás a dejar de lado algo así. Lo perenne de las cosas, lo tradicional, siempre es un valor seguro, aunque ello te lleve a hacer y pensar gilipolleces de lo más variadas.

Desde luego, ni yo, ni nadie se escapa a buscar apoyo, aunque unos, como ya digo, parecen más decentes que otros, familia, amigos, pareja... parecen mejores que los anteriores, pero siguen siendo lugares donde sostenernos, y unos se apoyan en otros; hasta un ermitaño se apoya en su soledad (desde mi punto de vista, claro). Por eso no me parece repobable del todo las creencias irracionales de la gente, es solo una forma más de mantenerse vivo y cuerdo. Y mientras tanto todo sigue girando, a veces bien, y a veces mal.

Me gusta pensar que tengo un espíritu romántico, o jugar a que lo tengo, o creer que algún día lo tendré, mientras tanto, el posmodernismo y su pasividad y su pasotismo vienen genial cuando tratas de no buscar excusas por las cuales sientas lo mismo cuando mueren miles de personas al día y cuando muere una avispa. Los insectos no son pilares de una vida, al igual que no lo son personas a las que no conoces, pensar que deberías sentir lástima por unos seres vivos y por otros no no tiene sentido cuando sabes que ambos no te afectan en lo más mínimo. La diferencia está en que unos se parecen más a ti y a las personas en las que te sustentas, y piensas que te puede pasar a ti; la diferencia también puede ser que unos son más bonitos que otros, por eso un pájaro da más pena que un bicho; las dos opciones me valen.

Quería desahogarme.

Supongo que solo espero que alguien me llame y me diga que quiere estar conmigo.

3 comentarios:

Shiro__0 dijo...

estas madurando?
jamas pense que llegarias a semejante punto de reflexion, me alegro =)
pero he de decirte que toda esa mierda de buscar masas a las que aferrarse... no es solo sentirse arropado, si no, estar lo suficientemente atareado pensando, diciendo y soportando gilipolleces sin sentido para evitar dialogar contigo mismo (respuestas faciles predeterminadas para preguntas dolorosas), la gente tiene un miedo horrible tanto a la soledad como a la verdad, por eso siempre buscan estar acompañados y tener una forma de pensar, una fe... o eso creo yo =/

despues, creo que el pilar mas importante que deberiamos tener en esta vida es uno mismo, si nos falla otro pilar puede tener arreglo, pero si el problema eres tu...

y no se... despues de mil años sin hablar contigo y sin comentarte en ningun sitio solo puedo decirte que tienes una vision bastante clara del mundo, aunque lleves pintas de mendigo (xD) y antes te considerase un gilipollas, esto que has escrito no lo escribe cualquiera
me ha gustado leer esto de ti vale? ha sido una sorpresa xD

y afronta la soledad bichu, para mi despues de 3 años es mi amiga ya, y agradezco su compañia mas que la de cualquier ser humano vacio, pero hay que ser fuerte =/

la misantropia te esta llamaaaando xD

y bueno, eso ·-· siento la intrusion, pero me apetecio comentarte

Gluglú dijo...

Y por qué no llamas tu a alguien? a mi me haría ilusión, desde Salamanca no suelo enterarme de cuando necesitas hablar o no...

Pablo Herrera dijo...

Me he sentido muy identificado en esta entrada, he reflexionado mucho sobre ello muchas veces :) Yo pienso que aunque quizá no podamos evitar el aferrarnos, el que le demos más importancia y demás, al menos somos conscientes de ello, y la consciencia siempre es el primer nivel que superar.