miércoles, mayo 13, 2009

Hoy he tenido una revelación.

Hoy he tenido una revelación, en el baño (concretamente en el de la facultad). Me encontraba delante del urinario meando (lo típico que se hace delante de uno), cuando de repente he sentido como cierto engranaje en mi vida, desviado hace muchos años, se ha colocado en su posición.

Corría el año 1998 ó 1999, yo aún estaba en el colegio y, como es costumbre, en aquellos tiempos también meaba, objetivo para el cual, como es lógico, iba al baño. Pero claro, si ibas al baño también bebías agua, porque tenías la boca seca de estar en clase, y era practicamente una costumbre. Y si meabas, te tenías que lavar las manos, no vas a ser un guarro.

Estas eran las tres acciones: mear, lavarse las manos y beber agua.

Ahora bien, había algo que no cuadraba.

Si bebías agua también te lavabas las manos al tiempo, porque se ponían las manos en posición de recipiente para poder beber del grifo; lo normal es mear y luego lavarte las manos (al revés mucho sentido no tiene), por lo tanto, después de mear beberías; pero se debe beber antes mear, porque si lo haces después vuelves a tener ganas (todo esto desde el punto de vista de un niño de 8 ó 9 años).

¿Veis el problema? Lo correcto sería: beber, mear y lavarse las manos; pero beber y lavarse las manos va junto. Entonces hay ahí una aporía muy chunga.

Pero hoy, cuando estaba delante de ese urinario de pared, me he di cuenta de que ya había bebido, y no me había lavado las manos ¿Por qué? Porque usé directamente la boca para beber de la fuente (en este caso fuente, también lo hago del grifo). He resuelto uno de los problemas más grandes que tenía de pequeño... unos 10 años más tarde.

Es todo tan estúpido... ¡pero me he sentido tan feliz!

2 comentarios:

Unknown dijo...

jajaja...Buena la tesis,ahora sólo tienes que buscar a un niño de nueve años y venderle tu secreto...

un saludo

Bichu dijo...

Encantado de conocerle señor Bichu ;)