jueves, julio 07, 2011

Reconfiar.

Hace unas semanas saqué un libro de la biblioteca de la facultad (por libro léase "cómic de Batman") y me lo llevé a casa en bici. Como no tenía mochila lo dejé en la cesta. Y como normalmente lo que llevo en la cesta es una mochila, al aparcar la bici se me olvidó el libro allí. Tras cinco horas de estar en casa recordé que no había cogido el libro, y a la una de la noche volví a ver si no me habían quitado el libro. Efectivamente, ya no estaba.

Dejé pasar una semana, a ver si la persona que lo había cogido era una buena samaritana y devolvía el cómic después de leérselo. Pasó más de una semana y nada. Así que abandoné la esperanza y fui a decir que había perdido el libro. Tenía que reponerlo, y costaba 25 euros. Así que decidí comprarlo al día siguiente.

Cual no sería mi sorpresa que, mientras estaba en el Burguer King, me llama el bibliotecario de mi facultad al móvil y me dice que ha venido un hombre y ha devuelto el libro.

Conclusión: Volví a creer en la raza humana.
Conlusión 2: Si tardó tanto en devolverlo es porque primero se leyó el cómic.

2 comentarios:

Cuishle dijo...

Justo lo que dijiste que harías si te encontraras un libro de la biblioteca; leerlo y devolverlo.
¿Te imaginas que es tu yo futuro el que se lo ha encontrado y que lo leyó (leíste) porque recordaste aquella vez que sacaste el cómic y lo perdiste y pensaste que era una bonita coincidencia?

Señor Rubio dijo...

En ese caso, acabas de construir la paradoja que destruirá el espacio-tiempo.