jueves, octubre 14, 2010

Mensaje en una botella.

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Estoy en una isla desierta, de esas con cocoteros. Naufragué hace cuatro días, iba en un barco pesquero, de esos en los que la gente se enrola cuando quiere olvidar algo.

Lo que quería olvidar lo olvidé, así que supongo que el barco cumplió su cometido, quizás por eso se ha hundido... una lástima lo del capitán y los otros tripulantes...

En realidad nunca me gustó el pescado, y pescarlo con red tampoco es muy bonito, de hecho, el mar no es que me llame demasiado la atención para ir por él, pero siempre es mejor que esas condenadas montañas.

Supongo que me fui por causa de alguna chica, o me partió el corazón o se lo partí yo a ella, no lo sé, pero algo seguro que se rompió. Aunque es posible que me haya ido porque he matado a alguien o por la típica infección zombi... vale, no lo creo, pero en ese caso, también algo se hubiese roto.

Me hubiese gustado que la botella fuese de esas transparentes con un corcho, pero todo lo que he encontrado ha sido una de esas de cerveza marrones, translúcidas y con tapón de rosca. Le resta encanto, pero tampoco estoy como para exigir.

En realidad, lo más probable es que la isla no esté desierta, en 2019 digo yo que ya habrán encontrado todas las islas del Atlántico, y si no, es que la cartografía no está tan avanzada como suponemos.

No sé si te has dado cuenta, pero escribo la carta con sangre, sí, podría usar un bolígrafo, pero esto es más personal, además, tengo tiempo y me voy haciendo heridas según exploro la isla, así que también tengo suficiente sangre.

Lo que no tengo es comida, hay cocoteros sí, pero odio el coco, y además, ni siquiera están maduros aún, no es temporada. Lo que no entiendo es por qué no hay animales salvajes, en plan jabalíes, siempre hay jabalíes en las islas, y con un palo afilado se cazan, todo el mundo lo sabe.

Todavía no deliro demasiado, pero yo creo que es porque aún no he encontrado ningún balón.

Acabo de caer en que no me he presentado, creo que me he dejado llevar por el romanticismo intrínseco de las cartas en botella, se me conoce como Bichu, y la historia de mi vida no es algo para contar en una nota en un botellín de Mahou, con que sepáis que nací, crecí, viví, la cagué un par de veces en mi vida, acerté otro par de veces, y que he acabado en una puta isla desierta sin poder construirme una cabaña decente es más que suficiente.

Bueno, estoy entre que se me acabe el papel y la sangre, así que voy terminando, solo espero que la increíble cantidad de rocas que hay en las costas del mundo no sea suficiente para romper una botella que parece hecha con periódicos viejos chinos.

"Ha muerto Deng Xiaoping".

PD: Adoro los Simpsons.

1 comentario:

Patrix dijo...

¿Y cómo ha llegado de la botella a tu blog?¿Alguien con tu contraseña la ha leído y la ha transcrito?¿O en la isla hay internet y la has copiado tú?...Si es así...¿para qué coño gastas sangre?...
Ya sé...era una botella virtual...