martes, mayo 20, 2014

Campesinos.

Un pequeña niña, de pocos años de edad, estaba sentada, con las piernas cruzadas, en el suelo de madera del porche. Su tío, un granjero de mediana edad, contemplaba el imponente campo que se alzaba delante de ellos. De pronto, puntual como siempre, vio una figura conocida.

- Míralo, por allí va.
- ¿Quién?
- Pues Manuel, siempre está en el campo, arrancando plantas.
- ¡Ah, sí! Lo veo ¿Está un poco flaco no?
- Sí, es que trabaja mucho. Se pasa el día haciendo eso.
- ¿Por qué lo hace?
- Se dedica a quitar las plantas enfermas, para sanearlo todo.
- Pero... ¿y esa que acaba de quitar?
- Ah, pues no sé, a veces se le va la pinza y arranca alguna que no debe.
- Pues vaya... ¡Oye! ¿Y esa quién es?
- ¿Quién?
- La que va detrás de él.
- ¡Ah, es Vicky!
- No la había visto nunca.
- Ya... la gente suele fijarse más en Manuel. Normalmente se olvidan de que Vicky va siempre con él. Se dedica a plantar semillas cerca de donde Manuel arranca las plantas.
- ¿Por qué?
- Hombre, si no lo hiciera, este campo se habría quedado sin flores hace tiempo.
- ¿Y planta siempre lo mismo?
- No, no. Qué va. Tiene muchas semillas distintas, le gusta la variedad.
- ¿Y no le molesta que Manuel las quite a veces?
- No creo, simplemente planta más. Además, no se meten en el trabajo el uno del otro. Son hermanos ¿sabes?
- Pues no se parecen en nada.
- Sí, eso dice la gente, pero yo creo que tienen cierto aire...

Manuel y Vicky, recortados contra el sol, se pararon y miraron hacia la austera casa y saludaron. El granjero les devolvió el saludo con amabilidad, y su menuda sobrina también.

- ¡Vaya! Parece que han acabado por hoy.
- ¿Ya se van?
- Sí, volverán mañana, vuelven todos los días.
- ¿Por qué lo hacen?
- Es su trabajo, supongo que les gustará.

La sobrina y su tío se metieron en la casa, y Manuel y Vicky se marcharon por el lado contrario a donde habían venido. Ya en la cena, a la curiosa sobrina se le ocurrió una pregunta más.

- ¿Y no sería más fácil que dejaran todas las plantas donde están? Así no tendrían que trabajar todo el rato deshaciendo uno el trabajo del otro.
- Pues supongo que sí, pero si no, qué aburrido ver siempre el mismo campo ¿no?

miércoles, mayo 14, 2014

Ducha epifánica.

Hoy, gracias a la ducha, fuente de saber y revelación ancestral, he tenido una pequeña epifanía.

Resulta que hoy he tenido un día... digamos productivo, artística y culturalmente hablando. Básicamente he leído, escrito y dibujado bastante; cosa que hacía tiempo a lo que no me dedicaba. Y creo saber la razón.

Hace unos días conocí a una muchacha, que será... la Señora Verde Hoja, que es una chica amable, cariñosa y buena gente (más o menos como deberían ser todas las personas del mundo), pero además de eso es una persona productiva, a mi modo de ver al menos, que se preocupa por muchas cosas y hace más cosas todavía. Y todavía no lo sabía, pero ayer debió de pasarme algo de esa vitalidad cuando estuve con ella.

Esto tiene relación con otra chica que conocí hace algo más de un año, a quien yo quería un montón, que será la Señora Negro Amable; esta otra muchacha era bastante parecida, no solo de físico (bajitas, complexión pequeña, pelo largo castaño...), sino de personalidad, amable, buena gente, cariñosa, hablaba en un tono bajito, ¡oh! y también le encantaba la música. La diferencia es que esta muchacha me daba la impresión de ser menos activa en general. Cuando la conocí no lo sabía, pero esa muchacha me robaría en el futuro vitalidad. Según la Señora Acuamarino, esta chica sería un vampiro emocional, parece coña, pero se nota el efecto.

Mientras me caía el agua templada en la cabeza, pensando en el día, de repente me ha venido la imagen de las chicas, parecidas, pero que me provocaban una sensación completamente distinta en el cuerpo. Como si una diese energía y otra la quitase. No sé, es curioso, no es muy normal, pero creo que me he encontrado con un rayo de sol emocional.

martes, mayo 13, 2014

Regalo de cumpleaños.

Ramiro Vientos salió un día a pasear. Por el camino, vio a gente en pleno jolgorio en un bar. Entró y preguntó cuál era el motivo de tal algarabía, a lo que uno de los presentes le contestó que era el cumpleaños de María Mares. Ramiro, muchacho dicharachero, amigable y generoso, aunque de poco efectivo en la cartera, pero de mucho genio en la improvisación, rápidamente agarró una servilleta, la recortó para hacer un cuadrado con ella, y la dobló y redobló tantas veces y de tantas formas, que al terminar nadie supo cómo de tal engurruño de idas y venidas de celulosa apareció una bella grulla de papel, tan simple como eficaz. Ramiro, muchacho dicharachero, amigable y generoso, se acercó a la cumpleañera María Mares y, tras una breve y amigable presentación, le entregó a María Mares, que cumplía años, la simple y bella grulla de papel; la muchacha, incrédula y agradecida con el desconocido, la aceptó de buen grado y besó en la mejilla al dicharachero, amigable y generoso Ramiro Vientos. Pero otro muchacho, avieso y envidioso de que su regalo, más caro y más grande no hubiese sido merecedor de un beso, sino de un simple "gracias", prorrumpió a voz en grito:

- ¡Vaya mierda de regalo! El tío no se ha gastado nada de dinero y aún así le dan un beso.

María miró apenada por el comentario tanto a Ramino como al avieso y envidioso muchacho. Pero Ramiro, muchacho dicharachero, amigable y generoso, pero con mucho genio para la improvisación, hizo lo siguiente: Sacó su cartera, la abrió y tomó de ella un pequeño billete de cinco euros. Delante de todos, lo rompió, pero solo lo justo para hacer un cuadrado perfecto, con él hizo de nuevo una grulla, tan bella y simple como la anterior, y se la entregó a María Mares para que hiciera compañía a la otra. En ese momento, el resto del billete que aún conservaba lo tiró a la papelera y, acto seguido, le dijo a María Mares:

- Que una grulla cuide de la otra, y que la otra cuide de la una, pero nunca les digas quiénes fueron sus padres, no porque se vayan a pelear entre ellas, sino porque los amigos, igual que los regalos, no importa de donde vengan.

Y así, Ramiro Vientos, muchacho dicharachero, amigable y generoso, sin nada de efectivo en la cartera, pero con mucho genio para la improvisación, se fue del cumpleaños de María Mares.

lunes, mayo 12, 2014

Concepto.

"No estás enamorado de una mujer, estás enamorado del concepto de la mujer". Es una frase que algunos de mis amigos me han oído (que no escuchado, supongo) repetir unas cuantas veces. La frase, o una frase similar, la leí hace unos cuantos años en el libro Niebla, de Unamuno.

Siento que hay veces que me encuentro metido dentro de esa frase. Quizás porque cuando la leí por primera vez me encontraba dentro de esa frase, y por eso acabó guardada en mi cabeza. Es una especie de estado donde se cree que casi cualquier mujer cercana a ti, es merecedora de tu cariño, porque alguien ha aparecido que parece profesártelo a ti.

Aparece, si no me equivoco, en momentos de felicidad o buenrollismo con uno mismo, y desaparece al cabo de un tiempo, cuando la realidad te golpea y te hace ver que la vida no es tan bonita como parece o, por el contrario, te hace ver que la vida es más bonita de lo que parece (aunque la realidad no suele ser tan generosa), o que al menos podría serlo si te esforzaras un poco.

Este estado de enamoramiento general es motivado cuando de repente, y sin previo aviso, aparecen o reaparecen personas de sexo femenino que antes no estaban ahí, y que están luchando, sin saberlo ellas (probablemente porque en realidad no lo hacen), por establecerse dentro de tu mente en un bonito lugar. No es en absoluto parecido a una sensación de orgullo o victoria impulsado por el creerse dentro de un harem, ni tampoco por la falsa premisa de que hembras estén luchando por tu conquista. Por el contrario, es una sensación de amor al mundo y a sus personas, como si estuviese sacado de un libro de religión católica de cuarto de primaria.

Desgraciadamente, tanto la frase, como el libro, así como el libro de religión de cuarto de primaria, no son más que un producto literario, los cuales, igual que el sentimiento que nace de ellos, te abordan durante un tiempo pero, como he dicho, se deshace cuando el universo decide que esa verdad que conoces no es la correcta y, en consecuencia, te manda señales poco sutiles de que tu fantasioso sentimiento de amor a todas y a todos debe terminar. Y así lo hace, de una manera o de otra, aunque siempre algo perdura o se extrae de cada uno de estos episodios.

Por fortuna, al igual que las crisis económicas, los estados del bienestar, las guerras y las modas, este sentimiento es cíclico, y reaparece en un momento oportuno de la vida; aunque normalmente se considera oportuno simplemente porque lo estás viviendo.

domingo, mayo 11, 2014

Memorias futuras de una persona que nunca hizo nada con su vida.

Nacerá, crecerá, se socializará, jamás se reproducirá, no tendrá pareja estable en la vida, nada le apasionará realmente, nunca encontrará un trabajo que realmente le guste, no hará ninguna contribución al mundo, nadie le recordará cuando ya no esté aquí, y morirá solo y abandonado.

Pero tal vez tenga amigos, quizás encuentre algo que no le apasione, pero que le guste, a lo mejor amará a alguien aunque luego eso se acabe, puede que brevemente sea feliz aunque esa felicidad se pase y, por alguna extraña razón, es posible que no le importe no dejar su huella en el mundo, porque no lo necesitará, porque en realidad nunca tendrá esa intención, porque en algún momento puede que le parezca importante, pero luego eso le sudará los cojones.