viernes, abril 27, 2012

Mala idea.

Todo es una mala idea. Vivir o morir, mala idea. No hacer nada, mala idea. Estar, mala idea.

Cortemos nuestras cabezas, vaciémoslas y las rellenaremos de helado de frambuesa. Seguro que así se arregla todo.

Puta mierda de todo.

miércoles, abril 25, 2012

Matar, matar, matar

Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo Matar Señor Rojo 

domingo, abril 22, 2012

Incertidumbre, Sabina.

Es una putada el no saber exactamente en qué momento se refieren a ti en un texto.

Y sin embargo (un poco cada día, ya ves) es curioso y divertido jugar a contestar y (semi)preguntar de blog a blog.

viernes, abril 20, 2012

Si tengo cinco tortillas y no me como ninguna...

Que de 9 personas, 3 sean tíos y 6 tías mola.

Que de 6 tías, 5 sean sean lesbis ya no tanto.

Hacía años que no "salía" con bolleras, y no recordaba lo que molaba.

viernes, abril 13, 2012

¡Stardust Revolution!



1582, "el sol no se ponía en nuestro imperio", me gusta mucho esa frase.

martes, abril 10, 2012

- La Tierra no es plana, sino redonda - ¡Vaya!

- Es que irías hasta el fin del mundo por mí.
- No.
- ¿No?
- No. Por ti, me arrastraría hasta el fin del mundo, plantaría un pino y volvería para decirte si ha sido un tres o un cuatro en la escala de Bristol.

lunes, abril 09, 2012

Cac.

Te encuentras en una habitación, solo. Hay dos puertas, una blindada al oeste, y una que en realidad es una cortina al norte.
Salidas: Norte, Oeste.
> Oeste
La puerta está cerrada y requiere una llave.
> Norte
No puedes hacer eso, no tienes ganas.
> Mirar habitación
No hay nada salvo tú y una ventana que crees inconscientemente que está abierta.
> Mirar ventana
Es una ventana que parece cerrada, pero piensas que está abierta.
> Esperar pacientemente a que alguien vuelva por esa ventana
No puedes hacer eso.

domingo, abril 08, 2012

Estar, ser, tener.

No es odio, no es vida, no es nada... Sólo es.

Bueno, soy.

sábado, abril 07, 2012

A golpe de ignorancia.

- Uno ha de ser consciente de sus propias limitaciones.
- Pues lo llevo jodido, porque una de mis limitaciones es no saber cuales son las que tengo.

viernes, abril 06, 2012

Grandes verdades de la vida.

Si los tíos están más salidos por qué a las tías les es más fácil follar.

lunes, abril 02, 2012

Think in blue.

Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es peligroso Pensar en azul es bonito Pensar en azul es bonito Pensar en azul es bonito Mierda Es que es muy bonito

domingo, abril 01, 2012

TetrAta.

El descansó le pareció a Ata que había durado un año y dos semanas, pero por fin estaba listo para continuar. Aporreó el timbre con una desgana inusual, parecía que las ganas de aventura le habían vuelto, pero no las fuerzas para continuarla. Aún así, siguió adelante, es lo que se hace cuando no tienes nada que hacer y demasiado camino recorrido en bici para regresar.

La puerta la abrió una magnífica, aunque no escultural, muchacha de unos 20 años, la cuál, intuía Ata que, o era la hija del tal Arnau Casas, o era la mujer, sea como fuere, se podía estar orgulloso de pertenecer a la misma familia de la chica.

Sofía Casas. Ese era su nombre. Dado que esto no es Estados Unidos, tenía que ser la hija, a no ser que la mujer se hubiese cambiado el apellido por el del marido o tuviese casualmente el mismo. Ata no lo sabía, pero en una realidad alternativa Sofía se había abalanzado sobre él y se lo había follado allí mismo contra la verja negra. Ata hubiese sonreído de saber esto, claro que no hubiese sonreído tanto si conociera la realidad en la que ella le descuartiza y la realidad del universo de payasos. Normalmente el protagonista pensaba en estas cosas, pero ahora estaba demasiado ocupado como para recordar su nombre, qué estaba haciendo allí, y cómo se mantenía uno de pie con sólo dos piernas (de modo que Ata comenzó a flotar, pero nadie lo advirtió).

Tras unas breves y verborreicas presentaciones, pudo entrar en la casa y pasar al salón, donde se encontraba Arnau viendo la televisión mientras miraba el ordenador.

- Mi hija está buena ¿verdad? - preguntó con picardía el hombre ligeramente avejentado que se acababa de levantar a saludarle.
- ... Sí... - respondió tímidamente Ata.

Arnau era un hombre muy dicharachero y orgulloso de sí mismo y de su familia. Sonrió al recordar la vieja maqueta de Los Lechugos, pero no acabó de entender el motivo por el que había recibido la visita, así que lo preguntó.

- Bueno, todo esto es muy interesante, pero por qué estás aquí exactamente.
- Mmm... La verdad es que no lo sé. Me puse a investigar y acabé aquí, yo tampoco sé muy bien qué intención tengo.
- Muy buena respuesta pequeño amigo. Está claro que no me buscas a mí o los componentes de Los Lechugos. Estoy casi seguro de que tampoco te buscas a ti, eso solo se descubre cuando ya has dejado de ser esa persona que has encontrado, o si buscas miembros de una compañía de teatro. De modo que solo te queda por encontrar una sola cosa. Y amigo mío, lo creas o no, esa cosa, es mi hija.
- ¿Perdone? - preguntó sorprendido el buen Ata.
- Así como lo oyes. Buscas un complemento muchacho, algo que te complete, que sientas que no necesitas nada más, o que no hay nada que no puedas dejar por ello. Normalmente eso se encuentra en una mujer, aunque también hay casos en los que lo único que se necesita es una lechuga, una vaca o todo el pescado que puedas comer; pero son casos raros. Buscas una mujer, y como la mía es mía y no la pienso compartir contigo a no ser que tengas oscuros hábitos, en esta casa sólo queda mi hija.
- Disculpe. No es que no le crea. Pero cómo sabe todo eso que acaba de decirme, - preguntó intrigado.
- Chaval. Por el simple motivo de que sé de lo que hablo, y sé de lo que me hacen hablar. Además, soy cojonudo diciendo cosas a boleo semifilosóficas y acertando. Pero creo que ya sabes que he acertado.

Y Ata lo sabía. Sabía, en su interior, en su exterior, y en alguna parte del pie, que ese viejo loco tenía algo de razón.

En una realidad alternativa ya se habían acostado, en otra ya se habían matado, en esta acababan de conocerse y no había pasado nada. Y en ésta seguiría sin pasar nada, ni muerte ni sexo... ni amor. El destino en el que Ata no creía le deparaba algo muy distinto a Sofía, y él lo sabía. Cuando no crees en el destino, es muy fácil echarle la culpa.

Acababa de aprender lo que buscaba realmente, y esperaba con todas sus fuerzas que fuese una mujer y no una vaca. Sólo había una forma de conseguir saber exactamente lo que deseaba, y era terminar la aventura que había empezado. No porque realmente lo fuese a saber, que no; no porque se engañase a sí mismo pensando que lo sabría al terminarlo, que sí; ni siquiera porque hay que terminar lo que se empieza. Sabría lo que desearía realmente al terminar la aventura porque lo que deseaba realmente ahora era terminar la aventura. Lo malo de aprender cosas de viejos parlanchines y sabelotodos es que las cosas que aprendes suelen estar mal, por muy convencido que te hayas quedado y muy guay que sea lo que te han contado.

Ata, por supuesto, no lo sabía, pero cuando acabase su periplo, no sería ni más sabio, ni tendría más conocimientos, ni se sentiría mejor consigo mismo, lo único que tendría sería algo para contar en alguna ocasión, cuando la ocasión lo requiriese, o cuando el alcohol lo expulsase; al menos tendría otra cosa en la que concentrarse, que, dicho sea de paso, no estaría de más que fuese en los estudios que estaba dejando por hacer el capullo durante varios días.

Dejó la casa de Arnau y de Sofía con una sonrisa en la cara, una resolución en la mente, y un pene erecto en los calzoncillos. Felicidad, objetivo y placer: ahora mismo Ata disponía de las dos primeras cosas y sólo pensaba en la tercera.

Tras dejar su mundo de ilusiones volvió a tocar la tierra con los pies y se dirigió a su último hombre en la lista: Alejandro "El Ligas" Carmona.